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200 metros que te permiten tener una oportunidad en la vida o no disponer de ella nunca

El farmacéutico ecijano Domingo Ortega lleva más de cuatro años ayudando en la dispensación de medicamentos a las familias más necesitadas de la barriada de las 3.000 viviendas en Sevilla, una iniciativa que tendrá un mayor recorrido gracias a la ayuda económica otorgada por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos en los I Premios Farmacéuticos y ODS.

“Antes decía que el que no quiere algo es porque no quiere buscarlo, porque hay oportunidades para todos. Pero desde que llegué a las 3.000 viviendas me he dado cuenta de que todo es radicalmente distinto”. Así explica a Vidas Insuperables el farmacéutico Domingo Ortega cómo su forma de mirar la vida cambió completamente cuando comenzó su proyecto farmacéutico en la barriada más conocida de Sevilla.

Hace más de 4 años decidió poner en marcha un proyecto de dispensación de medicamentos y productos sanitarios para las personas que más lo necesitan. Para ello él y su mujer, también farmacéutica, se desplazan cada jueves desde la localidad de Écija hasta el barrio de ‘Los Pajaritos’, donde intentan erradicar la brecha económico-social que existe.

Solo por el hecho de vivir en esta zona ya están sentenciados a no disponer de una oportunidad laboral, de salud o cualquier otro aspecto que les permita integrarse en la sociedad. “Las diferencias de tener oportunidades a no tenerlas distan de 200 metros. Solo por nacer en la barriada tu futuro ya está determinado”, asegura.

Entre las distintas carencias que encuentran sus vecinos está el abastecimiento de fármacos y productos sanitarios con los que mantener una buena salud. Por ello, Domingo no se lo pensó dos veces y planteó a Cáritas un proyecto en el que la ONG financiara los productos necesarios para paliar esta situación, siendo el matrimonio farmacéutico el encargado de dispensar los mismos.

Cada jueves, en la Parroquia de la Blanca Paloma realizan este servicio de farmacia social y comunitaria de manera especial y distinta a la que llevan realizando desde hace casi 20 años. “Tuvimos que hacer un esfuerzo muy grande para adaptarnos a la realidad, porque nos encontramos con situaciones distintas a las que vivimos en nuestras farmacias en el día a día”, dice Ortega.

Una persona de confianza para el barrio

Desde el primer momento, ellos se sintieron arropados por los vecinos de la zona, que tomaron la figura del farmacéutico como una persona de confianza a la que contarle sus problemas, la situación familiar o cómo viven su día a día. Esta situación también les ha permitido poder ayudarles más a tener una vida saludable y a prevenir el empeoramiento de enfermedades crónicas.

“Las situaciones que tratamos son bastante complejas porque ¿cómo le explicas a una persona diabética que tiene que hacer una alimentación saludable en plena pandemia cuando solo tiene acceso a huevos y patatas?”, explica el farmacéutico.

Ante estas realidades, siempre están en contacto y coordinación con Cáritas para paliar estas necesidades y asegurarse de que las personas mantienen una buena salud.

Un premio que ayudará a muchas vidas

Este proyecto de transformación social ha sido premiado recientemente por el Consejo General de Colegios Farmacéuticos en la I Edición de los Premios Farmacéuticos y Objetivos de Desarrollo Sostenible, unos reconocimientos que buscan reconocer públicamente la extraordinaria labor que los farmacéuticos realizan como agentes de transformación social, contribuyendo a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Este galardón, que lleva aparejado una dotación económica de 3.000 euros, permitirá junto a otra ayuda también entregada por el Consejo consolidar una beca para que un farmacéutico recién graduado pueda entrar en el proyecto. “Crear una semilla para que se reproduzca en el proyecto, ese es nuestro objetivo. Además de que Cáritas, que está presente en toda España, pueda reproducir esta iniciativa en otros lugares que lo necesiten”, dice Domingo.

Para el farmacéutico, las ayudas para potenciar estos proyectos son esenciales, porque “el farmacéutico es un agente de transformación social, va metido en nuestro ADN. Es algo que siempre se ha hecho de una u otra manera, y el Consejo General acierta dotando a este tipo de proyectos de un marco institucional”, concluye.

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