Según un sondeo de la Sociedad Española de Medicina Interna, la mitad de estos profesionales han tenido conflictos éticos durante la crisis sanitaria por COVID-19.
El 68,1% de los médicos internistas manifiesta haber sentido «impotencia» y el 67,5% refiere haber tenido episodios de insomnio o haber dormido peor de lo habitual durante la pandemia. Casi 6 de cada 10 especialistas, además, reconoce haberse sentido «triste y abatido» (59,2%) y un 47,9% también admite haber tenido «menos capacidad de concentración para disfrutar de actividades de ocio» en su tiempo libre como, por ejemplo, leer o ver una película.
Asimismo, se desprende de este sondeo cómo la situación vivida en los hospitales de sobrecarga y presión asistencial ha afectado directamente al bienestar físico y emocional de los internistas ─especialistas que han atendido, en primera línea, a 8 de cada 10 pacientes COVID19 no críticos hospitalizados─.
Impacto emocional
Por otro lado, 43 de cada 100 internistas (43,3%) también reconoce que la situación vivida como consecuencia del COVID19 en los hospitales ha influido directamente en sus hábitos de alimentación, ya que manifiestan haber «comido menos o más de lo habitual». Entre otros datos, este sondeo también deja entrever cómo ha afectado la situación vivida en los hospitales a los internistas en lo que respecta a sus hábitos tabáquicos y/o en el ámbito familiar o de pareja.
Los especialistas en Medicina Interna se encuentran en primera línea asistencial e investigadora frente al COVID-19. Atienden al 80% de pacientes COVID19 no críticos hospitalizados y, desde que comenzó la crisis sanitaria, han liderado la conformación de equipos médicos multidisciplinares, consensuado protocolos diagnósticos y terapéuticos frente al SARS-CoV-2 desde una óptica multisistémica y han desarrollado también su faceta investigadora, con registros clínicos y la publicación de artículos científicos.