Seis de cada diez colegios sufren contaminación acústica en las aulas, que afecta directamente a los alumnos con discapacidad auditiva
Según AG Bell International, el ruido en los colegios aboca al fracaso escolar. Esta entidad ha elaborado un documento con propuestas para implementar la accesibilidad auditiva en los centros escolares.
“Mucho, mucho ruido: tanto, tanto ruido…”. Quién no ha escuchado alguna vez estos versos de la canción “Ruido” de Joaquín Sabina. Un ruido que más allá de ese estribillo musical parece abocar al fracaso escolar en los colegios, según AG Bell International.
Las “deficiencias estructurales” de las aulas españolas en materia acústica han llevado la entidad a elaborar el documento “Accesibilidad auditiva en los centros escolares”, donde se proponen medidas para acondicionar los espacios escolares y recomendaciones a la comunidad educativa para que tome conciencia del problema.
Los estudios cifran en un 60% el porcentaje de los centros que sufren contaminación acústica en las aulas, producida, entre otros motivos, por la reverberación debida a los materiales de construcción y mobiliario.
Según esta institución, la contaminación acústica afecta a los procesos de atención y aprendizaje en todos los niños, con un impacto mayor en aquellos cuya primera lengua no es la lengua vehicular, en los que presentan dificultades de atención y muy especialmente en los niños con discapacidad auditiva. “Además, el ruido del habla obliga a alzar la voz a los docentes, lo que puede originar patologías de voz y estrés” apunta el informe.
“El informe de la OMS (2012) y diversos estudios señalan el efecto del ruido, interno y externo, y la reverberación en la inteligibilidad del habla, la comprensión, la memoria y el aprendizaje lector. Por tanto, si se controla la reverberación y el nivel de ruido, con carácter general, se crean condiciones en las que será más fácil mantener la atención del alumnado, comprender los mensajes y mejorar la interacción entre los alumnos y estos con los docentes”, añaden desde AG Bell International.
Así, la contaminación acústica repercute especialmente en los alumnos que utilizan audífonos o implantes cocleares pues la reverberación afecta negativamente a la percepción de consonantes por lo que resulta vital que el equipo escolar conozca las necesidades de estos estudiantes en lo relativo al funcionamiento de sus prótesis y dispongan de productos de apoyo que favorezcan la comunicación.
Propuestas de mejora
La respuesta a qué se puede hacer para limitar un problema que afecta a todo el centro, no solo a las aulas, la da esta entidad. “La primera medida consiste en nombrar a una persona responsable en accesibilidad, que evaluará las medidas a adoptar utilizando el cuestionario de valoración de accesibilidad auditiva que presentamos en el documento y propondrá las acciones adecuadas.
Las soluciones van desde los materiales de construcción como la instalación de techos, paredes y suelos con materiales que absorban el sonido al mobiliario y otros elementos habituales en las aulas. Otras propuestas tienen como objetivo la reducción de ruidos procedentes del exterior (calle, patios), como los que se generan en el interior del centro (pasillos, aseos, comedor, otras aulas). No hay que olvidar que resolviendo las carencias de la accesibilidad auditiva se favorece el rendimiento escolar”.