El Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas impulsa una obra del fotógrafo Chema Madoz y el físico Ignacio Cirac con el objetivo de recaudar fondos para la investigación contra el cáncer.
El fotógrafo Chema Madoz y el físico Ignacio Cirac han presentado en el CNIO (Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas) una obra artística inspirada en la ciencia del físico cuántico, enmarcada en el proyecto CNIO Arte.
“El arte es un vehículo maravilloso para contar a la sociedad la importancia de la ciencia, y eso es lo que pretendemos con CNIO Arte”, explica Maria A. Blasco, directora de esta institución.
De la imagen de Madoz se han creado 30 fotograbados numerados y firmados, cuyos beneficios de su venta se destinarán íntegramente a financiar la investigación del cáncer del CNIO, a través de la iniciativa de filantropía ‘Amigos del CNIO’. La obra, que se puede ver en el Centro hasta el 12 de abril, ha pasado por las ferias ARCOmadrid y JUSTMAD.
Una mesa en penumbra y varias bolas de billar: algunas de ellas están unidas por varillas y forman una molécula estática y estable, difícil de romper; otras flotan libres y podrían seguir trayectorias casi infinitas. Así es la imagen con la que el fotógrafo Chema Madoz ha representado la ciencia del físico Ignacio Cirac en esta propuesta, que cuenta con el apoyo de la Fundación Banco Santander.
El proyecto, que en esta segunda edición ha estado comisariado por la artista visual Amparo Garrido, coordinadora de Imagen Institucional y Actividades Culturales del CNIO, tiene el objetivo de “acercar dos mundos que, a pesar de estar alejados, tienen muchas cosas en común”.
“Ambos trabajos, el de los científicos y el de los artistas, requieren de mucha creatividad y de un gusto por adentrarse en lo desconocido, lo que implica no tener prejuicios y sí una mente muy abierta. Estas cualidades hacen que surjan cosas muy interesantes de la interacción entre ambos”.
“Intersección entre arte y ciencia”
Según Ignacio Cirac, director del Instituto Max-Planck para Óptica Cuántica, en Garching (Alemania), hay una “clara intersección entre arte y ciencia, que juegan con modus operandi similares. Además, el arte y el surrealismo pueden inspirar a los científicos como yo, que trabajamos en cosas muy abstractas. Queremos entender un mundo que no vemos, no oímos, no tocamos”,
En su opinión, “tenemos que abstraernos y hacernos una imagen de lo que hay en ese mundo, para poder formular la siguiente pregunta. Ahí es donde creo que puede llegar el arte, que nos puede inspirar para interpretar lo que vemos y hacernos la siguiente pregunta. Eso es lo que siempre hacemos los científicos: más que responder, preguntamos”.
Chema Madoz ha explicado que el encuentro que tuvo con Ignacio Cirac el año pasado le sirvió para “tomar conciencia de esos conceptos que casi rozan lo imposible y se asocian a la idea de la física cuántica” y que le hicieron sentir el trabajo de Cirac “algo más cercano, accesible, en la medida en que mi trabajo gira en ocasiones en torno a intentar ver lo imposible a partir de elementos cotidianos”.
“Porque, en esta ocasión, para mí suponía un desafío hablar de física cuántica o de ideas abstractas a partir de este tipo de objetos. ¿Con qué objeto común puedo trabajar, que sea reconocible para mí y para el resto de espectadores, y que en él aniden conceptos e ideas que te permitan establecer todo ese juego de referencias que en ocasiones están cerca de la metáfora y el equívoco?”, ha añadido.
De la imagen de Madoz se han creado 30 fotograbados numerados y firmados, que se podrán adquirir a través de la galería Trinta, la galería Elvira González y la página web del CNIO. Los beneficios de su venta se destinarán íntegramente a financiar la investigación del cáncer del Centro, a través de la iniciativa de filantropía Amigos del CNIO.