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Avances esperanzadores para reducir las secuelas discapacitantes y de fallecimiento en los ictus

La Sociedad Española de Neurología (SEN) anuncia un procedimiento para el tratamiento del ictus isquémico que puede aumentar más del 60% la probabilidad de recuperación neurológica. Cada año, más de 110.000 personas sufren un ictus en España, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen.

Actualmente más de 330.000 españoles presentan alguna limitación en su capacidad funcional por haber sufrido un ictus, según los datos de la Sociedad Española de Neurología.

El ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres), la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia.

Según la SEN, cada año, entre 110.000 y 120.000 personas sufren un ictus en nuestro país, de los cuales un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen.

No obstante, la atención neurológica urgente y el tratamiento adecuado en Unidades de Ictus pueden reducir las consecuencias devastadoras de esta enfermedad, principalmente gracias a que en los últimos años el tratamiento del ictus en su fase aguda ha incorporado nuevos avances, en opinión de esta Sociedad.

Aumentar un 60% la posibilidad de recuperación neurológica

Por ello, la SEN valora muy positivamente las nuevas guías de tratamiento del ictus isquémico agudo recientemente publicadas por la revista “Stroke”, que aumentan la ventana de tiempo de la trombectomía mecánica hasta las 24 horas, ya que redundará en una reducción del número de pacientes con secuelas por ictus.

A juicio de esta entidad, la trombectomía mecánica puede aumentar más del 60% la probabilidad de recuperación neurológica, aunque estaba indicada hasta la fecha sólo hasta 6 horas desde el inicio de los síntomas de ictus.

En concreto, si un paciente que ha sufrido un ictus es atendido por un neurólogo en las primeras horas, la probabilidad de fallecer o quedar con una discapacidad grave puede reducirse a la mitad.

El ictus isquémico, el más habitual

El ictus isquémico es el tipo de ictus más frecuente, puesto que supone el 80% de los casos, y  se produce como consecuencia de la interrupción del flujo sanguíneo en una arteria cerebral debido a la oclusión por un coágulo (trombo).

“En estos casos, la restitución rápida del flujo sanguíneo cerebral es fundamental para minimizar la lesión y reducir las secuelas. En algunos casos, es posible mediante la aplicación de fármacos trombolíticos que, administrados por vía intravenosa pueden conseguir la disolución del coágulo si se administran antes de 4 horas y media desde el inicio de los síntomas”, explica la doctora María Alonso de Leciñana, Coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología.

“Pero cuando estos fármacos no se pueden aplicar o si no son efectivos porque el trombo es muy grande y ocluye una arteria cerebral de gran tamaño, es posible su extracción mediante un dispositivo que captura el trombo por vía endovascular. Este procedimiento es el que se denomina trombectomía mecánica”, añade.

Reorganizar los protocolos

Gracias a ensayos clínicos realizados por neurólogos y neurointervencionistas que han demostrado que el tratamiento puede ser beneficioso hasta 24 horas en pacientes, las nuevas guías de tratamiento del ictus isquémico agudo publicadas en enero de 2018 en la prestigiosa revista Stroke y presentadas en el último congreso de la Asociación Americana de Ictus junto con la Asociación Americana del Corazón (ASA/AHA en sus siglas en inglés) establecen las recomendaciones para el tratamiento en un margen más amplio de tiempo.

”Estamos hablando de un gran avance, ya que de esta forma, la trombectomía mecánica podrá beneficiar a un mayor número de pacientes gracias a la ampliación de la ventana de oportunidad, lo que redundará en una reducción del número de pacientes con secuelas por ictus”, señala Alonso de Leciñana.

La SEN explica que esto requerirá una actualización de los modelos organizativos anteriores, así como medidas organizativas que permitan su disponibilidad en todo el territorio nacional para asegurar la equidad en el acceso de los pacientes a este tratamiento.

Síntomas

Los síntomas del ictus generalmente “se producen de forma brusca e inesperada y los principales son: alteración brusca del lenguaje, pérdida brusca de fuerza o sensibilidad, alteración brusca de la visión, perdida de coordinación o equilibrio y/o dolor de cabeza muy intenso y diferente a los dolores de cabeza habituales”, comenta la María Alonso de Leciñana.

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