Icono del sitio Vidas Insuperables

Beneficios de dormir bien para nuestro organismo

Más de 4 millones de españoles sufren alguno de los cien trastornos del sueño crónico y grave que existen. Numerosos estudios afirman  que dormir una siesta aporta numerosos beneficios al organismo. Las consecuencias de dormir poco se reflejan en el cerebro o la presión arterial.

Tener un idilio con Morfeo es más que recomendable. No es ni mucho menos un anuncio de una página de contactos, sino una aseveración basada en datos científicos: una buena relación con el ‘dios de los sueños’ mejora nuestra calidad de vida.

Más allá de las referencias mitológicas, el sueño se erige como un elemento fundamental en la prevención de enfermedades y, muy en concreto, de las patologías neurológicas y neuromusculares.

Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 4 millones de españoles sufren algunos de los cien trastornos del sueño crónico y grave que existen. Un contexto en el que la mala calidad de sueño se convierte en desencadenante o riesgo para determinados trastornos neurológicos, como ictus, Parkinson, Alzheimer o diversas enfermedades neuromusculares.

Como aseguran desde la SEN, “el sueño cumple un papel muy importante en nuestro metabolismo, en nuestro sistema inmunológico, en el estado de ánimo, en la memoria, en el aprendizaje…  Por lo que no dormir adecuadamente puede conllevar a que surjan complicaciones endocrinas, metabólicas, psicológicas, inmunológicas, psicomotoras, además que cada vez más se considera el mal sueño como un desencadenante o riesgo para determinados trastornos neurológicos, como  ictus, Parkinson, Alzheimer o diversas enfermedades neuromusculares. En definitiva, no dormir adecuadamente es un problema de salud”.

Gestos tan cotidianos como echarse una siesta, pueden ayudarnos a mejorar nuestro romance con Morfeo. Ya no hay duda de que, aunque algunas personas lo relacionen con pereza, el hábito de la siesta crea bienestar.

Recuperar la siesta como hábito saludable

No sólo es una cuestión de sensaciones, sino que numerosos estudios afirman  que dormir una siesta de 20 a 30 minutos aporta numerosos beneficios al organismo, contribuyendo a mejorar nuestro estado tanto físico como mental, máxime si lo hacemos de manera cotidiana.

Así, una siesta de 20-30 minutos  después de comer entre las 13 y las 17 horas, reduce la tensión arterial, previene las cardiopatías, fomenta la concentración, estimula la creatividad, y mejora el estado de ánimo.

Curiosamente, el ser humano es uno de los pocos animales que duerme solamente una vez al día, por lo que esa cabezadita después del almuerzo nos puede ayudar a recuperar un hábito muy saludable y habitual en el reino animal.

Las consecuencias de dormir poco

Porque a pesar de lo que pueda parecer, la famosa siesta española cada se hace menos por exceso de trabajo y falta de tiempo, entre otros muchos factores que inciden en las pocas horas que dedicamos a conciliar el sueño.

Porque, más allá de las repercusiones del sueño señaladas por la SEN, las consecuencias de dormir poco se reflejan en el cerebro. De hecho, diversos estudios han concluido que pasar tres días consecutivos durmiendo cuatro horas o menos mata células del cerebro.

Los expertos señalan que cuando no se descansa el cerebro es incapaz de limpiar las proteínas que forman las placas que causan la enfermedad de Alzheimer y la demencia. Es decir, si el cerebro no descansa, no puede protegernos de las enfermedades neurodegenerativas.

En ese sentido, un estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) ha revelado que el Índice de Masa Corporal o IMC es un 3,6% mayor de media en aquellas personas que duermen habitualmente menos de cinco horas al día. Y en cuanto a la presión arterial,  también se ve afectada si dormimos menos de seis horas al día.

Eliminar barreras a los problemas del sueño

Desde la Sociedad Española de Neurología se recuerda que para lograr una buena higiene de sueño es necesario llevar un ritmo de vida regular manteniendo estables los horarios de sueño y comidas y aprovechar los ciclos de luz para ajustar los horarios; evitar agentes externos que puedan importunar nuestro descanso, como el ruido o los estímulos externos (televisión, móviles,…); evitar las comidas copiosas y las bebidas estimulantes, sobre todo antes de dormir, así como realizar deporte y llevar un estilo de vida activo.

No obstante, también existen otras opciones paralelas, como los complementos alimenticios que ayudan a disminuir el tiempo de conciliación del sueño, favorecen el descanso y no provocan somnolencia al despertar. Quita barreras con estos comprimidos que te ayudarán a acercarte con mayor felicidad hasta Morfeo.

Salir de la versión móvil