Dos ingenieros desarrollan una solución tecnológica, premiada por la ONU, que permite a personas con gran discapacidad no quedarse excluidos del mundo tecnológico. Vidas Insuperables les cuenta la historia del sueño de estos emprendedores sociales.
En la última década la tecnología ha cambiado el mundo. Nada es como lo que conocíamos antes. Vivimos en una sociedad global en la que a golpe de clic escribimos cada capítulo de nuestras vidas.
Pero, ¿y ese mundo no fuera tan universal como creemos? Se imagina vivir sin sus redes sociales, sin comprar por Internet, sin acceder a su correo electrónico, sin utilizar Whatsapp, sin poder ver su serie favorita en su tablet o smartphone.
Aunque no lo parezca, el mundo de la tecnología aún tiene unas brechas inmensas entre la realidad que vivimos la mayoría y la falta de accesibilidad para grandes sectores de población, en especial para los que tienen grandes discapacidades.
José Ángel Jiménez y Javier Montaner son dos ingenieros, una profesión que poco a poco se va quedando sin el ‘apellido’, aunque el primero lo es de Telecomunicaciones y el segundo Industrial.
En esta historia quizá su profesión sea lo de menos, porque su nexo, además de su amistad, es que ambos son unos soñadores y emprendedores sociales.
José Ángel y Javier eran trabajadores de Vodafone, pero tenían una gran inquietud personal: cómo era posible que en este periodo en el que nuestras vidas están tan marcadas por la tecnología, que ni Orwell hubiera predicho, haya personas para quienes las tareas más sencillas suponen grandes dificultades, en ocasiones, insalvables.
A ambos ingenieros les unió el objetivo común de intentar utilizar sus conocimientos y bagaje profesional para inventar algo que luchara contra esa barrera virtual y tuviera un impacto real en la vida de las personas.
A esa tarea de búsqueda de la accesibilidad tecnológica, se pusieron con empeño. «Casi por casualidad, hace casi tres años descubrimos que las personas con discapacidad física severa habían quedado excluidas del uso de una pantalla táctil (móvil o tableta). Algo tan cotidiano como utilizar un móvil, era para muchos inalcanzable. No todos tenemos las mismas capacidades y hay literalmente millones de personas en el mundo que no pueden «tocar» una la pantalla táctil», asegura José Ángel a Vidas Insuperables.
Habían encontrado su reto personal y social y se pusieron manos a la obra para intentar desarrollar una solución para que personas con parálisis cerebral, lesión medular, tetraplejia, esclerosis múltiple o ELA «pudieran disfrutar del derecho que todos tenemos a comunicarnos, a informarnos, y a estar conectados».
La solución, Mouse4all
Cual Newton debajo del árbol, encontraron la manzana que iba a dar la respuesta a sus sueños de inclusión tecnológica. Después de un arduo trabajo conjunto con usuarios y con terapeutas, «para saber de primera mano qué necesidades tenían y hacia dónde exactamente debíamos dirigir nuestros pasos», han diseñado una solución tecnológica asequible económicamente y adaptable a cada caso de manera personalizada.
Su creación se denomina Mouse4all. En resumen, es una caja de conexiones que permite interconectar un joystick, ratón de bola o pulsador a una tablet o smartphone Android.
Dependiendo de las circunstancias de las personas con gran discapacidad, la conexión que permite interactuar con la tablet o el smartphone se coloca en el punto del cuerpo que tiene movilidad, aunque ésta sea muy reducida.
Es el caso de Ana, que sólo puede mover la cabeza hacia atrás, circunstancia que no ha sido impedimento para que se haya ubicado un pulsador en el reposacabezas y, desde ahí, se transmitan las correspondientes órdenes virtuales. O también el caso de Rafa, que tiene parálisis cerebral y tiene un pulsador en la barbilla.
Según explica José Ángel, gracias a Mouse4all, «personas que estaban excluidas del mundo tecnológico actual, han sido capaces, por primera vez en sus vidas, de mandar mensajes de texto, participar en redes sociales, jugar, escuchar música… y todo por su cuenta, con autonomía, con privacidad en sus comunicaciones».
Premio de la ONU
Mouse4all es el mejor ejemplo de que la tecnología puede ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas. «Ese impacto positivo en cada una de las personas es lo que nos ayuda a seguir con esta aventura de emprendimiento social, pues nuestro reto es que todo aquél que lo necesite sepa que tiene esta posibilidad tecnológica”.
Los halagos a su invento no llegan sólo de los usuarios, sino también desde las instituciones. La Fundación Vodafone ya les ha hecho un reconocimiento a su labor social, aunque el más reciente ha sido el premio de la Cumbre Mundial de la ONU, como mejor innovación digital con impacto social en la categoría de Inclusión y Empoderamiento.
De momento, ya son 100 usuarios los que disponen de Mouse4all, pero el objetivo de estos emprendedores de la ilusión es alcanzar las 1.000 personas en un año.