Los logopedas alertan de que el uso de la mascarilla como medida de protección ante el coronavirus está produciendo diversas patologías.
En plena pandemia, la mascarilla se ha convertido en un elemento de protección indispensable contra la covid-19. No obstante, su uso nos lleva a menudo a hablar más alto de lo habitual y las consecuencias no se han hecho esperar: los logopedas, como los del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM), alertan de que durante los últimos meses, la salud de nuestras cuerdas vocales se está resintiendo y están apareciendo patologías como disfonía (ronquera, cambios de timbre de voz, pérdida parcial de la voz) o afonía temporal (pérdida total de la voz).
Una de las causas más habituales de este problema es la inflamación de la laringe, la parte del sistema respiratorio donde se hallan las cuerdas vocales. Como explica el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “con la mascarilla puesta, el volumen de nuestra voz se amortigua levemente, ya que ha de atravesar la tela. A este factor se une la distancia de seguridad y, a menudo, el ruido de ambiente y el hecho de que los demás no puedan ver nuestra boca mientras hablamos. La suma de estos obstáculos altera nuestra propia percepción de la voz -tenemos la sensación de que se nos oye menos-, lo que nos lleva a alzarla para compensar. Así es como aparecen la inflamación de garganta y la disfonía y afonía”. También es habitual la aparición de picor de garganta, tos, necesidad de carraspear e, incluso, dolor de garganta.
Paralelamente, un colectivo especialmente afectado por estas dificultades de comunicación son los mayores y, en general, las personas con discapacidad auditiva o hipoacusia, ya que, como se ha comentado, las mascarillas impiden la lectura de los labios y de la expresión facial, además de atenuar el volumen de la voz, lo que puede incrementar sus problemas de comprensión y aumentar la sensación de aislamiento.
Los profesores, en el ojo del huracán
También los profesionales cuya herramienta de trabajo es la voz, como por ejemplo, los profesores, están sufriendo especialmente los efectos de la mascarilla. Según apunta el doctor Maset, “con frecuencia, los docentes intentan mantener proyectada la voz durante periodos de tiempo muy largos, en su afán de ser escuchados y comprendidos por el alumnado. Si esta proyección no se lleva a cabo con las técnicas adecuadas, supone un gran esfuerzo para las cuerdas vocales, que se ve incrementado cuando se lleva la mascarilla”.
Existen diferentes técnicas y sencillas recomendaciones que pueden ayudar a prevenir los problemas en la voz, tanto al personal docente como a la población en general. “Sobre todo, al hablar con la mascarilla puesta, debemos enfocarnos en vocalizar y respirar adecuadamente, no en hablar más alto. Y también puede ayudar gesticular con mayor énfasis para compensar la falta de acceso a las expresiones faciales. En general, resulta crucial mantener las cuerdas vocales hidratadas y evitar hábitos como el tabaquismo”, recomienda el experto de Cinfa.