Usuarios de Fundación Esfera visibilizan, con motivo del Día de San Valentín, las relaciones de pareja en el ámbito de la discapacidad. Las personas con necesidades de apoyo tienen más dificultades para encontrar a su ‘media naranja’.
Hace unos meses, Virginia y José Manuel, una pareja con discapacidad intelectual, usuarios del Grupo AMAS, consiguieron salvar todos los obstáculos legales y sociales y pasar por el altar. Fue un “sí, quiero” que rompió barreras y que visibilizó el amor en este ámbito de la sociedad.
Cupido y San Valentín también cumplen su función entre las personas con discapacidad, que lógicamente también se enamoran, como recuerdan desde Fundación Esfera, en cuyos centros conviven algunas parejas que llevan años de relación.
Según esta entidad, los profesionales aseguran que en las últimas décadas se ha avanzado mucho en la inclusión, pero quedan retos por lograr, entre ellos comprender que la necesidad de apoyo no supone dejar de lado los sentimientos, y más si se trata de amor.
Los usuarios de Esfera explican que se enamoran como cualquier persona, aunque tienen más dificultades para encontrar pareja y la sociedad a veces se deja llevar por prejuicios. Este colectivo tiene más barreras, lo que implica menos oportunidades porque suelen moverse en los mismos ámbitos y aseguran que “es difícil conocer a otras personas lejos de estos ambientes, casi siempre estamos relacionados con el área de la discapacidad, y es complicado encontrar a alguien interesante con quien mantener una relación”.
Las parejas que conviven en Fundación Esfera aseguran que cada relación es distinta, al igual que sucede habitualmente en la sociedad, porque algunos tienen una concepción cercana a la amistad, y buscan en la otra persona alguien que les comprenda y comparta sus inquietudes. Otros en cambio viven más intensamente el amor, y aseguran estar “muy enamorados y dispuestos a renunciar a otros planes” por continuar con la otra persona.
Entre las reivindicaciones de los usuarios con discapacidad destaca la necesidad de gozar de mayor autonomía para tomar decisiones, hacer más planes y llegar a vivir de forma independiente con su pareja. Además recuerdan que es necesaria mayor empatía en la sociedad, porque “así pueden ponerse en el lugar del otro, y comprender cómo se siente; se eliminarían barreras y todo cambiaría mucho”.
“Los mismos sentimientos”
Todas las parejas vinculadas a la Fundación Esfera coinciden en que “los sentimientos son los mismos que en una persona sin discapacidad, lo que realmente cambia es la relación, porque a veces nos sentimos controlados”. También aseguran que existen más oportunidades para el amor cuando la persona requiere de menos apoyo, y subrayan, con la espontaneidad que suele caracterizarles, que “muchas veces somos más sinceros y demostramos más el cariño a los demás”.