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El Robert Capa De La Enfermería

El Robert Capa de la enfermería

Sus ganas de ayudar a los demás le llevaron a dirigir su camino profesional hacia la rama sanitaria. Desde que era un adolescente también le gustaba capturar momentos únicos y se interesó por la fotografía. Ahora, la unión de sus dos pasiones, la enfermería y la fotografía, le han hecho ganar un premio. Vidas Insuperables les cuenta la historia del enfermero Ángel Atanasio.

La fotografía es un arte, una forma de expresión que permite capturar momentos únicos e irrepetibles. La enfermería es la profesión de la rama sanitaria que permite a sus profesionales estar más en contacto con los pacientes. Dos mundos que parecen no tener nada que ver, pero que unidos, han llevado a Ángel Atanasio a ganar un premio.

Cuando Ángel tuvo que decidir qué profesión le gustaría llevar a cabo en el futuro lo tuvo claro. Quería ayudar a los demás y trabajar haciendo el mundo un poco mejor. “Me gusta ayudar a la gente y me interesé por la rama sanitaria aunque también valoré la rama social. Al final como estás más en contacto con los pacientes es como enfermero, y eso elegí”.

Enfermería era una carrera universitaria de tres años cuando Ángel la estudió, con lo que comenzó enseguida en el mundo laboral. Este año se cumplen 25 desde que terminó su promoción. Tras todos estos años de esfuerzo y un gran trabajo, ahora realiza pruebas especiales de cardiología en el Hospital Alcázar de San Juan, en Ciudad Real.

Su tiempo libre lo dedica a la que fue su pasión antes que la enfermería, incluso ya cuando era adolescente: la fotografía.  “Me interesaba la idea de captar imágenes que no se volvieran a repetir y contar las cosas desde un punto de vista que no fuese muy habitual de ver. Me subía a los árboles y me arrastraba por el suelo para conseguirlo”.

Centrado en la idea de capturar un momento que no volvería a repetirse, empezó a leer libros y hacer sus propias pruebas. De manera autodidacta empezó experimentando con el blanco y negro en todo su proceso, desde la elaboración de sus propios carretes hasta el positivado en un laboratorio con el que fue haciéndose poco a poco. Tras muchos disparos, el blanco y negro sigue siendo su estilo preferido.

“Aprendí a base de acierto y error”

“Hay que crear tu propio estilo, el cual surge porque es donde te sientes cómodo.  Yo por ejemplo trabajo mucho el blanco y negro porque parto de ahí, de un laboratorio en blanco y negro, ya que antes solo tenía acceso a papeles y líquidos para este tipo de fotos. El color era muy industrial por entonces”.

Al enfermero siempre le ha llamado la atención el fotoperiodismo, captar eventos que estén sucediendo. Sin embargo, su profesión le ha llevado a centrarse más en la fotografía conceptual, porque no puede viajar cuando quiera donde quiera.

“Por mi profesión no tengo acceso a acudir allí donde está la noticia.  Por ejemplo, ahora que han sido los carnavales he podido escaparme e ir a diferentes sitios. Pero como tengo esa dificultad, hago más fotografía conceptual. Pienso en un proyecto personal y los sábados que tengo libres intento expresar mis pensamientos y mi forma de ver las cosas a través de la fotografía”.

“De lo que se trata es de disfrutar”

“Hago las fotos que me apetece hacer. Estoy en una posición ideal porque profesionalmente no dependo de ello, así que puedo hacer lo que realmente me gusta. Ahora por ejemplo me apetece meterme por un mundo más desconocido para mí como es el color, y he empezado con un proyecto personal. Estoy muy contento como estoy”, explica.

Para dar a conocer su trabajo y que la fotografía llegase a un espectador, empezó a presentarse a concursos de fotografía. Gracias a ello sus fotografías ya se han expuesto en más de un centenar de lugares y le han permitido ganar numerosos premios.

“Los concursos también sirven de autoevaluación. Al ser autodidacta, muchas veces desconozco si mi fotografía gusta o no, y los concursos me ayudan a conocer si voy en la línea correcta o no. Me gusta animar a la gente a que vea y disfrute la fotografía porque es un arte muy bonito”.

El año pasado decidió presentarse por segunda vez a un concurso que combinaba su afición y su profesión. El certamen, organizado por el Consejo General de Enfermería con la colaboración de Novartis, se convirtió en la oportunidad perfecta para mostrar cómo es su trabajo diario. El enfermero de Ciudad Real ha sido reconocido con el Primer Premio de FotoEnfermería 2018, que muestra el lado más humano de esta profesión.

“Del tema de enfermería hago poca fotografía. Hice la foto sola y exclusivamente para este concurso. Pensé en hacer algo que reflejara lo que son las necesidades básicas de un paciente. Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico, más informático, y ahora pasamos casi más tiempo en el ordenador que con el paciente”.

“Quería hacer una imagen para reivindicar que no debemos olvidar lo que son las necesidades básicas del paciente. Yo me quería centrar en estas necesidades, y lo quería hacer desde una perspectiva lejana, como si fuese una metáfora de que lo estamos olvidando. Desde el exterior, una noche entre las ramas de unos árboles, hice la foto con la intención de manifestar que nos estamos olvidando poco a poco de lo más fundamental”, continúa.

A pesar de haber ganado numerosos premios, asegura que con este siente “una gran satisfacción porque esta fotografía haya sido premiada al tratarse de la representación de la enfermería, que es mi profesión”.

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