Aunque a veces puede dar vergüenza o ser traumático, los caminadores son una solución idónea para determinadas cuestiones de movilidad y reporta amplias ventajas, como la notable mejoría de autonomía, seguridad, independencia y confianza de las personas que los usan.
Las enfermedades, las discapacidades o simplemente el paso de los años pueden convertirse en una barrera física para que las personas puedan desarrollar sus vidas con normalidad. Incluso, en el actual contexto de pandemia, el Covid-19 se está erigiendo en un nuevo obstáculo para comprar alimentos de primera necesidad para las personas con discapacidad y mayores.
Sin embargo, en muchos casos no tiene por qué ser así, sobre todo cuando esas barreras surgen por cuestiones de movilidad y son subsanables con andadores para personas mayores.
Es cierto que a veces puede dar vergüenza o ser traumático al principio, pero los también denominados caminadores o deambuladores, son una solución idónea para determinadas cuestiones de movilidad y reportan una gran batería de ventajas, como la notable mejoría de autonomía, seguridad, independencia, confianza e, incluso, repercute en un mejor estado de ánimo y visión más positiva de la vida.
Los andadores son, nunca mejor dicho, un apoyo que posibilita poder moverse y desplazarse de manera más autónoma a que la que da un bastón o una muleta.
Según los especialistas, los caminadores pueden utilizarse cuando existe ausencia de fuerza en los miembros inferiores y alteraciones del equilibrio, pero también para redistribuir el peso y, en consecuencia, disminuir el dolor de los músculos y las articulaciones.
Asesoramiento profesional
En cualquier caso, esta institución recomienda que cualquier caminador que use debe ser fácil de plegar para que pueda transportarlo fácilmente, así como que su cirujano, fisioterapeuta u ortopedia le ayuden a decidir qué tipo de caminador es mejor para usted.
En ese sentido, es importante buscar una ortopedia formada por un variado grupo de profesionales con amplia experiencia en el ámbito de la salud y con una clara vocación sanitaria y un único objetivo: ayudar a las personas y mejorar su calidad de vida.
Así, es recomendable buscar a una firma que dé un asesoramiento multidisciplinar y disponga de profesionales altamente cualificados, como ortopedas, fisioterapeutas, osteópatas y especialistas en biomedicina. Todo ello, si es posible, avalado por una amplia experiencia en el sector.
Cómo usar los andadores
Sobre el desplazamiento, los especialistas aconsejan empujar o levantar el caminador unos cuantos centímetros, o el largo de un brazo frente a usted; verificar que los 4 extremos o ruedas de su caminador estén tocando el suelo antes de dar un paso; dar un paso hacia adelante primero con su pierna débil; luego, dar un paso hacia adelante con la otra pierna, poniéndola al frente de la pierna más débil; repetir estos pasos para avanzar; e ir lentamente y caminar con buena postura, manteniendo la espalda derecha.
Seguridad
En relación a los consejos de seguridad se recomienda que: al caminar, empiece con la pierna más débil; al subir un peldaño o andén, empiece con la pierna más fuerte; al bajar, empiece con la pierna más débil: «Hacia arriba con la buena, hacia abajo con la mala»; deje espacio entre usted y su caminador y mantenga los dedos de los pies dentro de su caminador. Dar pasos demasiado cerca de la parte frontal o de las puntas o ruedas puede hacerle perder el equilibrio.
Por otro lado, el uso del andador también debe llevar aparejados algunos cambios en casa, con el objetivo de prevenir caídas: verifique que cualquier alfombra suelta, esquinas de las alfombras que se atranquen o cordones estén asegurados al piso, de manera que usted no tropiece ni se enrede en ellas; elimine el desorden y mantenga los pisos limpios y secos; use zapatos o chanclas con suelas de caucho u otro antideslizante (no use zapatos con tacones ni suelas de cuero); revise las puntas y ruedas de su caminador diariamente y reemplácelas si están desgastadas; adjunte una pequeña bolsa o canasta a su caminador para guardar artículos pequeños, de manera que pueda mantener ambas manos sobre su caminador; y no intente usar escaleras ni escaleras mecánicas a menos que un fisioterapeuta u ortopeda lo haya entrenado sobre la forma de usarlas con su caminador.