Tras el histórico voto el 28-A en las elecciones generales, cien mil personas volverán a tener derecho a ejercer su sufragio en los comicios municipales y autonómicos del próximo domingo. El 40% reclama “entender a los políticos” y disponer de los programas electorales en lectura fácil.
La gran ganadora de las elecciones generales del 28-A fue la discapacidad. Sin embargo, ante la segunda cita electoral de la historia para 100.000 personas con discapacidad del próximo domingo, en los comicios municipales y autonómicos, la reflexión es que aún el camino no está todo andado.
Entre los testimonios que dejan, hay quienes no han encontrado dificultades: «Nunca había votado y todo ha sido fácil». Quienes han podido votar gracias a un apoyo: «Fue gracias a que tuve un apoyo». Hay quienes señalan dificultades: «Cuesta diferenciar las papeletas» o «Es difícil encontrar el sitio donde votar». Y surgen muchas propuestas: «personal especializado en cada colegio electoral», «que pongan papeletas por colores y en orden», «todo con lectura fácil y braille», «adaptar los programas, que no sean tan técnicos».
De hecho, los apoyos que más demandan y les hubiera gustado tener a estos nuevos votantes son los programas electorales en lectura fácil (39,7%) y entender lo que dicen los partidos políticos (39,3%). Entre los apoyos más recibidos han sido la información fácil de entender sobre las elecciones (48%) y encontrar el sitio donde votar (46,1%).
La mitad han recuperado el derecho al voto
Hasta ahora, el 36% de las personas que han participado rellenan el cuestionario por su cuenta y el resto lo hacen con una persona de apoyo. El 22% de las personas consideran que necesitan muchos apoyos y el 82,5% sabe leer.
Casi la mitad de las personas (46,7%) han recuperado el derecho al voto y el resto no lo había perdido. Es interesante el dato de que un 6,7% no saben si tenían el derecho a votar antes.
Un 8% de abstención
El 87,7% de las personas que contesta ha votado, un 8% no lo ha hecho y 1,1% no ha votado porque le parecía muy difícil. La mayoría (96%) ha votado en colegio electoral, muchas menos por correo (3%) y las menos desde prisión (0,8%).