Hace seis años el deporte era una vía de escape para Eva Moral. Abogada de profesión, le dedicaba el tiempo que podía al deporte y disfrutaba mucho practicándolo. Sufrió un accidente en bici que le provocó una lesión que le cambió la vida y, con mucho esfuerzo, el deporte pasó a ser su profesión. Ahora dedica su día a día a prepararse para competir como paratriatleta en los próximos Juegos de Tokio 2020.
Hace seis años sufrió un accidente deportivo que le provocó una lesión medular. Mientras hacía una marcha cicloturista en bici, se salió en una curva y se precipitó por un barranco. Por eso, a pesar de tener la espalda rota, su primera preocupación fue que alguien la encontrase en esa zona.
“La vida me cambió totalmente después del accidente, desde lo más básico que es verte sentada en una silla de ruedas, hasta cada acción de la rutina diaria. Antes tenía mi trabajo, mi horario de oficina, y tuve que cambiarlo todo por mi nueva forma de vida. Quise centrarme en el deporte y mi vida ahora gira entorno a eso”.
“Siempre decimos que existen muchas barreras arquitectónicas, y existen, pero creo que son más importantes las barreras psicológicas del resto de la gente. Parece que todavía no estamos preparados para tratar con una persona con discapacidad. Al principio me chocaba mucho cómo me trataba la gente, aunque poco a poco creo que se va cambiando esta mentalidad”.
“El accidente no me ha cambiado, sigo siendo la misma persona”
Antes del accidente ya practicaba triatlón y después quiso seguir practicándolo. “La transición al deporte profesional empezó por las redes sociales, contacté con Rafa Botello y me fue informando donde podría conseguir una silla de atletismo, me enseñó a utilizarla y me puso en contacto con más gente que hacía atletismo y ciclismo adaptado. También me apoyó mucho la Federación Española de Triatlón y mi club el Ecosport Alcobendas”.
A unos meses de participar en sus primeros Juegos Paralímpicos, recuerda con mucho cariño su primer paratriatlón en un campeonato de España. “Fue muy importante para mí ver que era capaz, que lo había conseguido. Llegar a la línea de meta y ver allí a mis padres y a mi hermano. Por muchas medallas que gane, por muchas carreras internacionales que haga, muchos juegos a los que vaya, creo que como ese recuerdo nunca habrá otro. El sentimiento de volver a hacer triatlón en ese momento fue único”.
“Hay que luchar por uno mismo”
“El deporte me ayuda día a día porque sus valores son muy importantes para la vida. Hago deporte porque es lo que me gusta, pero si me gustase otra cosa lo haría con la misma intensidad, la misma fuerza”.
El apoyo de su familia y de su pareja ha sido fundamental para ella. “Es muy difícil dar consejos en determinados momentos, pero yo le recomendaría a cualquier persona que se focalice en lo que le guste y que se rodee de la gente que le quiere. Al final todos encontramos nuestro camino, y gracias a todos mis patrocinadores y mi familia, yo he podido encontrar el mío”.