En su palmarés cuenta con siete medallas de oro paralímpicas y dos de plata. Se ha proclamado campeón del Mundo y de Europa en numerosas ocasiones. Su laureada trayectoria y su interés y esfuerzo por dar visibilidad al deporte adaptado, hacen de José Javier Conde la persona que es hoy, una leyenda del deporte español.
Padecer agenesia congénita degenerativa en ambos brazos no ha supuesto un freno en su carrera más importante, la de la vida. “Veo que tengo una serie de limitaciones pero no me fijo en ellas. Ni me fijaba cuando era pequeño ni lo hago ahora. Intentas suplirlas con otras virtudes que tienes y sobre todo con muchas ganas de disfrutar de la vida”.
Lo más llamativo de su enfermedad es la ausencia de los dedos pulgares en las dos manos, la falta de musculación en los dos brazos, sobre todo en el izquierdo, y su imposibilidad de movimiento en los dos codos. Esta enfermedad degenerativa supone una dificultad añadida a la hora de correr, pero también en el día a día debido a su falta de fuerza en las extremidades superiores.
Desde muy pequeño salía a jugar a la calle con sus amigos y hacía lo que cualquier otro niño en esa época. Empezó jugando al fútbol pero su carácter y su forma de ver las cosas le llevaron a practicar un deporte individual en vez de uno colectivo. “Iba a los partidos y veía que la gente no se entregaba del mismo modo que lo hacía yo, y esto no me hacía mucha gracia”.
Así que decidió empezar a correr. Comenzó en carreras populares y con 16 y 17 años disputó una maratón, aunque él mismo asegura que no fue una buena idea. “Mis inicios en el atletismo no fueron los más acertados. Una maratón no es lo más idóneo para esa edad, pero después de esas dos equivocaciones empecé a prepararme con un entrenador. Todo ello dentro del atletismo convencional”.
“No por estar limitado debes estar todo el día compadeciéndote”
Tras prácticamente 42 años haciendo atletismo, sale todos los días a correr aunque sea veinte minutos. A día de hoy se dedica a su trabajo como comercial pero siempre saca tiempo para poder entrenar una vez al día. Incluso cuando hay eventos que suponen un mayor esfuerzo, intenta hacer dos entrenamientos diarios.
“Cuando era pequeño me llamaban la atención deportistas que han sido historia para el deporte español, como Ángel Nieto o Mariano Haro. Sin embargo, con el tiempo comprendí que el referente para cualquier persona que salga a correr aunque sea un par de días por semana, tiene que ser uno mismo. Ver cómo te entregas y vas mejorando, y que eso te permita salir todos los días a entrenar con ilusión”.
“El mejor referente para mí, debía ser yo mismo”
Para el bilbaíno, los Juegos de Barcelona 92 fueron muy especiales, porque se celebraron en España y porque contaba con una forma física que le permitía alcanzar éxitos de una manera complicada pero factible. Sin embargo, recuerda con mayor emoción conseguir esas medallas que más le han costado por su edad. Por ejemplo, la de plata que consiguió en los 5.000 metros de los Juegos de Atenas con cuarenta años.
Además de la brillante trayectoria que tiene en cuanto a su época de deportista en activo, posteriormente fundó el Club de Atletismo Adaptado Saiatu Javi Conde, que a día de hoy le permite disfrutar de este deporte. Dedica su tiempo a enseñar lo que sabe a los jóvenes que están en la escuela y sus buenos resultados le han convertido en un referente en cuanto a atletismo en este país.
Un centro que cuenta con cuarenta chicos y chicas con todo tipo de discapacidad, y la filosofía de trabajo es la de cualquier club de atletismo sin discapacidad. “Intentamos que los chavales entrenen para dar de sí lo máximo, a pesar de cualquier obstáculo. Se exige al deportista que lo dé todo. No se trata de que los padres dejen allí al chaval para ellos poder ir a hacer la compra al supermercado. Si lo que queremos es que la distancia entre el deporte adaptado y el deporte convencional sea cada vez más pequeña, tiene que partir de aquí, de los niveles de exigencia”.
“De este deporte me gusta todo, para mí es mi vida”
Por otro lado inició un proyecto solidario en 2010 tras dejar de competir en los juegos de Pekín. Este proyecto le ha llevado a ser el primer atleta en el mundo en correr una maratón en todas las ciudades sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Han sido 29 etapas y con ello se ha conseguido donar más de 210.000 euros. “Es muy gratificante que haciendo lo que mejor se me da, que es correr, pueda ayudar a los demás”.
“Me gustaría llegar al máximo número de personas posible, y que poco a poco podamos conseguir que el deporte adaptado ocupe el lugar que le corresponde. Muchas veces ocurre que en ocasiones importantes no estamos presentes. Hace poco fue el aniversario de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Barcelona y prácticamente entramos con calzador. Ha habido que estar constantemente recordándoles que también estuvimos allí. Y que también nos gusta estar en estos momentos de reconocimiento”, concluye.