La española Ana Peláez, la primera mujer con discapacidad que forma parte del Comité de Derechos de las Mujeres de Naciones Unidas.
La normalización y visibilidad de la discapacidad sigue dando pasos. Ana Peláez Narváez, comisionada de Género del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) y vicepresidenta ejecutiva de la Fundación CERMI Mujeres, ha sido elegida en Nueva York, Estados Unidos, para formar parte del Comité de Derechos de las Mujeres de Naciones Unidas (CEDAW, en sus siglas en inglés), para los próximos cuatro años.
La representante española, que es además consejera ejecutiva de Relaciones Internacionales de la ONCE, ha sumado un amplio apoyo de todos los países firmantes de la CEDAW, que han apreciado en ella “la representación genuina de los intereses, demandas y anhelos de más de 600 millones de mujeres y niñas con discapacidad que hay en el mundo, parte de la población femenina que hasta ahora no tenía voz directa y propia en este mecanismo de Naciones Unidas”, explican desde CERMI.
La elección de la española Ana Peláez para la CEDAW supone un avance para la visibilidad, presencia y toma de conciencia respecto de las mujeres con discapacidad en los trabajos de Naciones Unidas y la incorporación definitiva a las cuestiones de género de la perspectiva inclusiva de la discapacidad.
Mujeres ante todo
Por otro lado, la Fundación Cermi Mujeres ha puesto de manifiesto que las mujeres con discapacidad “son, primero y sobre todo, mujeres”. Así lo ha destacado Amalia Diéguez, Patrona de la Fundación CERMI Mujeres, en un encuentro organizado por la Comisión Europea bajo el título los Días Europeos de Desarrollo (EDD, en sus siglas en inglés).
La participación de la Fundación CERMI Mujeres se ha realizado dentro del Debate “Mujeres y niñas con Discapacidad”, promovido por la AECID, dirigido a analizar la necesidad de impulsar dentro de la propia Agenda de Igualdad de Género medidas referidas a las mujeres y niñas con discapacidad.
Diéguez ha reivindicando “la interseccionalidad al hablar de perspectiva de género y discapacidad”, de acuerdo con el propio enfoque de derechos al que obliga a Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Doble discriminación
“Las mujeres con discapacidad no solo viven situaciones de exclusión por ser personas con discapacidad de un lado y por ser mujeres de otro; tal como se aprecia en situaciones como la violencia de género: la realidad muestra claramente que las mujeres con discapacidad sufren violencia patriarcal perpetrada por sus parejas o exparejas precisamente porque son mujeres, pero esta violencia se ve intensificada además por el hecho de tener una discapacidad”, ha indicado.
A esto, según ella, “se añade que el sistema las sitúa en un lugar de extrema vulnerabilidad cuando además no pueden hacer uso de los recursos que están disponibles para el resto de las mujeres en situación de violencia”.
En ese contexto, Amalia Diéguez ha reclamado que las políticas públicas propicien un marco legal que tenga en cuenta de verdad la diversidad de las mujeres y que “aborde de manera integral todas las situaciones que llevan a que las mujeres sufra índices de exclusión mucho más elevados”.