Según un estudio de Carlos Manuel Peña, médico psiquiatra y neurólogo que actualmente desarrolla su labor profesional en la Unidad Hospitalaria Especializada en Discapacidad Intelectual del Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona.
Diferentes estudios confirman que la epilepsia es la patología médica más prevalente en las personas con discapacidad intelectual, según Carlos Manuel Peña, médico psiquiatra y neurólogo que actualmente desarrolla su labor profesional en la Unidad Hospitalaria Especializada en Discapacidad Intelectual del Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona.
Este especialista ha dado a conocer estos datos en el marco de la jornada “Epilepsia y Discapacidad intelectual”, organizada por Plena Inclusión Madrid, en colaboración con la Unidad de Psiquiatría del Hospital Universitario La Princesa en Madrid.
Para el doctor Peña, la epilepsia y los efectos secundarios por la toma de algunos antiepilépticos producen un gran solapamiento diagnóstico en las personas con discapacidad intelectual.
Asimismo, este facultativo asegura que las personas con epilepsia y discapacidad intelectual presentan un mayor ratio de enfermedad mental y que su calidad de vida se ve disminuida por las alteraciones de conducta y sus consecuencias psicosociales.
En compañía del doctor José Luis Ayuso, jefe de la sección de Psiquiatría del Hospital de La Princesa, y Javier Luengo, director general de Plena Inclusión Madrid, Carlos Manuel Peña también explicó las principales diferentes entre los distintos tipos de epilepsias y el síncope; recomendaciones médicas para los diagnósticos y algunos tratamientos con mejor y peor tolerancia en personas con discapacidad intelectual.
Enfoque multidisciplinar
En ese contexto, este especialista recomienda un abordaje multidisciplinar; avanzar en la medicina de la discapacidad y evitar hacer diferencias en las pruebas médicas con las personas con discapacidad intelectual.
Para Plena Inclusión Madrid, a través de su grupo de expertos en salud mental, “es fundamental seguir avanzando en el conocimiento y en la intervención a personas con discapacidad intelectual que presentan además, episodios epilépticos, debido a la alta incidencia de este tipo de casos”.