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La farmacia comunitaria y sus servicios profesionales, un modelo de excelencia

El Consejo General de Farmacéuticos y Marca España (ahora España Global) han llevado a cabo la campaña “Una farmacia que marca” con el objetivo de difundir la excelencia del modelo farmacéutico español, un ejemplo para muchos países del mundo por su innovación, calidad y cercanía a la sociedad. Mario Fernández, uno de los protagonistas de esta campaña, cuenta su historia en Vidas Insuperables. 

Empatía, escucha, cercanía y “estar todos los días al pie del cañón”. Todas ellas son premisas de la multifuncionalidad asistencial asociada hoy en día al tradicional papel del farmacéutico, a la par un amigo, un consejero y una persona de confianza para los usuarios.

En ese contexto, el Consejo General de Farmacéuticos y Marca España (ahora España Global) han puesto en marcha la campaña “Una farmacia que marca”, con el objetivo de difundir los valores de la farmacia, como la cercanía y accesibilidad, la innovación tecnológica o la labor asistencial.

La campaña consta de una serie de vídeos que tratan temas como el papel del farmacéutico como experto en el medicamento y su labor preventiva, la farmacia rural, o los servicios profesionales farmacéuticos y el valor social de la farmacia comunitaria.

El tercer episodio de la campaña, protagonizado por el farmacéutico Mario Fernández, se centra en la labor sanitaria y social que desarrollan las farmacias españolas así como en la prestación de los Servicios Profesionales Farmacéuticos, que enmarcan de una manera general las actividades que se llevan a cabo en la Farmacia Comunitaria.

Dichos servicios complementan la atención farmacéutica reafirmando el papel del farmacéutico como profesional sanitario. “Nuestro papel no solo consiste en facilitarle la medicación al paciente, sino en hacer una escucha activa y saber ofrecerles una solución, resolver dudas, hacer fórmulas, sacar sangre o tomar la tensión. Semanalmente hacemos una labor profesional y exhaustiva de seguimiento de medicamentos de los pacientes”, explica Mario Fernández.

Ofrecer una amplia variedad de servicios adaptada a las necesidades de los pacientes es una ventaja competitiva que puede ayudar a resolver mejor las necesidades y consultas habituales. En estos casos, el farmacéutico emplea sus competencias profesionales para la prevención de la enfermedad y la mejora de la salud de la población.

Entusiasmo por la farmacia desde los 14 años

“Mi madre estuvo trabajando en un laboratorio farmacéutico y a mí siempre me gustó la química. Tuve un profesor muy bueno que hizo que me interesara mucho por ella. Fui orientándome a esta rama y, aunque me gustaba la medicina, acabé decantándome por la farmacia aconsejado por mi madre. Con 14 años ya empecé a tenerlo claro”, recuerda Mario.

“Elegí este camino un poco por intuición y por gusto, porque las asignaturas me gustaban. Los profesores son personas que estimulan, que pueden contagiarte el entusiasmo por su asignatura y al final te van orientando. Además mi madre me hablaba mucho del laboratorio y del trabajo que hacía y al final me convencí”, añade.

Mario Fernández terminó la carrera con 21 años, y poco después estuvo un tiempo de servicio militar. Cuando volvió, quiso matricularse en medicina, pero al estar licenciado en farmacia no le concedieron la plaza.  Así que se puso a buscar empleo y estuvo trabajando en un laboratorio farmacéutico durante 9 años.

Después de un tiempo abrió su propia farmacia en Getafe (Madrid). “Me costó muchísimo, pero al final conseguí lo que quería. Pedí la nueva apertura en 1985, pero no pude abrirla hasta 1990, estuve 5 años de litigios. En aquel entonces había 15.000 habitantes en Getafe y una única farmacia”.

Ahora dedica su día a día al trabajo en la farmacia, donde pasa la mayor parte del tiempo. Desde 2005 también trabaja como profesor asociado en la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid. “La docencia me gusta mucho, me lo paso muy bien dando clase. La facultad te mantiene vivo, te mantiene en contacto con la gente joven”.

Servicios profesionales farmacéuticos

La farmacia de Mario pertenece a la red de farmacias comunitarias española, valorada como la más cercana y accesible de Europa. “La farmacia comunitaria consiste en estar a pie de calle, dispensando medicamentos y solventando problemas. La verdadera razón del farmacéutico es la elaboración de medicamentos. Yo decidí estudiar farmacia porque lo que me gustaba era hacer ‘potingues’ en un laboratorio”.

Su local cuenta con dos pisos. En el primero se realiza la atención a los pacientes y en el segundo tienen un laboratorio. “En la planta de arriba hacemos también bioquímica seca, como controles de leucemia, colesterol, ácido úrico, etc.”

Las más de 22.000 farmacias españolas, por su cercanía, accesibilidad y confianza en los farmacéuticos, representan una estructura fundamental en el ámbito sanitario, pero además participan activamente en otras muchas iniciativas de carácter social.

Así, es reconocido el papel del farmacéutico en áreas como la prevención de la violencia de género, la prevención del consumo de alcohol en menores, la exclusión social o la discapacidad, generando entornos e información más accesibles. “Me siento orgulloso de prestar este tipo de servicios a la comunidad, ya que la farmacia en España tiene ese valor asistencial y profesional”.

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