Cruz Roja lanza unos consejos para protegerse del calor, prestando especial atención a las personas mayores (especialmente si viven solas o son dependientes) y a personas con enfermedades crónicas.
Son días de estío, de abanicos, aires acondicionados, hidratación y también de evitar rebrotes en playas, piscinas y ríos. Pero detrás de la ola de calor existe una doble vulnerabilidad, ya que los colectivos más afectados por la pandemia también son los más expuestos ante las altas temperaturas.
Ante la subida elevada del mercurio, Cruz Roja, después de realizar la mayor movilización de recursos y personas en su historia para luchar contra el coronavirus, alerta de esta situación. «Se da la circunstancia de que los coletivos más expuestos ante la ola de colar son además los más vulnerables frente al COVID-19, como las personas mayores, especialmente si viven solas o son dependientes, y las personas con enfermedades crónicas, por lo que este año tendremos que hacer un doble esfuerzo para lograr que puedan protegerse ante la subida de las temperaturas», explica Juan Jesús Hernández, médico del departamento de Salud de Cruz Roja.
Cruz Roja recuerda que las altas temperaturas pueden tener una serie de efectos negativos sobre nuestra salud como calambres, deshidratación, insolación o golpe de calor, que son especialmente preocupantes en la población infantil y en las personas mayores.