El uso de la mascarilla, el teletrabajo y la sobreexposición a las pantallas de estos meses están aumentando la incidencia de trastornos oculares, como el ojo seco. Julio Maset, experto de Cinfa, apunta algunas claves para proteger nuestra vista durante la pandemia.
Los nueve meses acumulados de pandemia están pasando factura también a la salud de nuestros ojos. Como apunta el doctor Julio Maset, médico de Cinfa, “a las medidas de prevención, como el uso obligatorio de la mascarilla, se suman las restricciones de movilidad y el distanciamiento social, que están obligando a gran parte de la población a teletrabajar, con el consecuente incremento del tiempo que invertimos frente a pantallas de ordenador o móvil. El resultado está siendo una mayor incidencia de trastornos como la sequedad ocular, la fatiga visual e, incluso, de síntomas relacionados, como cefaleas o dolor cervical”.
En concreto, la sequedad ocular era un trastorno que ya presentaba una gran incidencia antes de la crisis del coronavirus, ya que el 21,6% de la población mayor de 40 años lo padecía, según datos de la Sociedad Española de Superficie Ocular y Córnea. Y ahora, el uso de la mascarilla está aumentando los casos o agudizándolos, dado que por la parte superior de la mascarilla, emerge un flujo de aire que llega hasta nuestros ojos de manera continua durante todo el tiempo que la llevamos puesta.
Esto puede provocar síntomas como la sensación de tener un cuerpo extraño o arenilla dentro del ojo, sequedad y/o enrojecimiento ocular, picor y escozor, lagrimeo, pesadez en los ojos e inflamación de los párpados (blefaritis). “Para prevenir la sequedad en los ojos, que constituye uno de los principales motivos de consulta oftalmológica en la actualidad, debemos tomar ciertas precauciones. Por ejemplo, asegurarnos de que la parte superior de la mascarilla nos queda bien ajustada, de manera que el aire salga por los lados o por debajo de ella”, recomienda el experto de Cinfa.
Además de la mascarilla, hay otros factores implicados en la sequedad ocular como la baja humedad del ambiente, lo que puede ocurrir debido a la calefacción, o el uso intensivo de pantallas y dispositivos electrónicos. “Si a ello se añade el hecho de que muchas personas han de trabajar desde casa, pasando más horas delante de pantallas y, en ocasiones, sin contar con el equipo ergonómico adecuado, el esfuerzo al que se ven sometidos nuestros ojos es evidente”, explica Maset.
Ergonomía laboral
Además, de cara a atajar la aparición de otros trastornos derivados de esta situación, es importante contar con el mobiliario -silla y mesa- y el equipamiento tecnológico que nos permitan mantener una buena postura al trabajar. Esto también puede ayudar a prevenir tanto problemas visuales -pesadez de los ojos y de los párpados, visión borrosa, enrojecimiento ocular, molestias causadas por la luz o la mencionada sequedad ocular-, como dolores musculares y cefaleas.
Igualmente, es crucial cuidar la iluminación al trabajar o estudiar desde casa, así como mantener una distancia adecuada a la pantalla –de 40 a 50 centímetros-. Como añade el experto de Cinfa, “también debemos realizar pausas, porque nuestros ojos no están preparados para fijarse durante largos periodos de tiempo en un mismo punto. Pero estos descansos no hemos de dedicarlos a consultar el móvil o leer, sino a mirar a lo lejos, por ejemplo por una ventana, o a hacer ejercicios que nos permitan relajar y acomodar la vista. También es importante tratar de parpadear a menudo, ya que cuando trabajamos frente al ordenador nuestra frecuencia de parpadeo disminuye notablemente y esto redunda en una falta de lubricación de la córnea. No sabemos cuánto va a durar esta pandemia y, a medio y largo plazo, nuestros ojos agradecerán estos hábitos”, concluye.
Decálogo de recomendaciones
Al respecto, Maset ha dado a conocer diez consejos para cuidar los ojos durante la pandemia: “ajusta bien la parte superior de la mascarilla a tu cara. cuida la iluminación en tu entorno de trabajo; trabaja con un monitor en buenas condiciones; mantén textos y pantallas a unos 40 centímetros; realiza descansos periódicos; parpadea con frecuencia; hidrata tus ojos; no abuses de los dispositivos electrónicos; evita los ambientes calurosos o demasiado secos; y revisa tu vista cada año y medio o dos años”.