Según esta investigación, el 75% de los neurólogos que atienden casos de dolores de cabeza suprimieron su actividad presencial durante la pandemia, mientras que el 46% apreciaron un empeoramiento de la situación clínica de los pacientes.
La Sociedad Española de Neurología (GECSEN) ha publicado «Impacto de la pandemia COVID-19 en la atención al paciente con cefalea en España», un estudio transversal (el primero que se hace en Europa) realizado durante la sexta semana del estado de alarma, con el objetivo de evaluar el impacto de la pandemia por la COVID-19 en las estructuras asistenciales especializadas en cefaleas de nuestro país y sobre cómo se prevé el futuro de estas unidades.
El estudio, realizado con las aportaciones del 74% de los neurólogos responsables de las Unidades y Consultas de Cefaleas de diferentes hospitales españoles, cuenta con la representación de todas las Comunidades Autónomas (CC.AA.).
«La pandemia cambió de forma imprevista la atención médica en pocas semanas. Al dirigir la mayor parte de los recursos sanitarios a los pacientes infectados por SARS-CoV-2, la atención destinada al resto de enfermedades, entre las que se incluyen las neurológicas, se vio mermada. Además, la atención presencial a pacientes se redujo al mínimo para evitar la propagación de la infección y esto ha tenido un gran impacto en patologías crónicas», señala la Dra. Sonia Santos, Coordinadora del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
«La Neurología abarca un elevado número de enfermedades crónicas, entre ellas las cefaleas. En España, la cefalea constituye el motivo de consulta más frecuente en las consultas de Neurología y además la cefalea tipo tensión y la migraña son consideradas como la segunda y tercera enfermedades más prevalentes en el mundo. Por esa razón, creímos conveniente realizar este estudio que además es la primera evaluación europea sobre la atención al paciente con cefalea durante la crisis COVID», indica.
Según se desprende del informe, casi un 96% de las Unidades y Consultas de Cefaleas españolas experimentaron alguna limitación en su actividad asistencial presencial debido pandemia de la COVID-19. Pero no todas las CC. AA. se han visto afectadas por igual: aquellas con mayor incidencia acumulada de contagios han tenido porcentajes de cancelación de su actividad asistencial presencial mayores al 80%. Castilla-La Mancha, La Rioja, Castilla y León, Madrid, Galicia y Asturias, fueron las CC.AA. donde más se redujo la actividad presencial en la atención de las cefaleas. Pero en todo caso, esta fue una tendencia clara en todo el territorio español, donde, en conjunto, un 60% mantuvo consulta presencial exclusivamente para pacientes urgentes o preferentes y un 46% solo para los procedimientos urgentes.
El confinamiento de los pacientes fue el principal motivo para a la suspensión de las consultas presenciales de cefaleas (un 77% de los casos), pero también por la necesidad de redistribuir el personal sanitario o por contagio de algún facultativo. Un 37,5% redistribuyó el personal sanitario en otras áreas de Neurología, un 48% en equipos de atención COVID, un 27% sufrió el contagio de algún facultativo adscrito a la consulta de cefaleas y un 29% el aislamiento de algún miembro para reducir la propagación del virus, lo que limitó la asistencia sanitaria.
Supresión de la actividad presencial
El estudio muestra que el 75% de los neurólogos que atienden casos de cefalea tuvieron que suprimir la actividad presencial, por lo que las consultas presenciales se cancelaron o se sustituyeron por consultas telemáticas, principalmente a través del contacto con el paciente por vía telefónica o por correo electrónico. Aunque un 90% de las estructuras asistenciales encuestadas utilizaba ya algún sistema de telemedicina con anterioridad, durante la pandemia el 92% de las unidades realizó su actividad asistencial mediante consulta telefónica, el 35% mantuvo las modalidades de telemedicina existentes con anterioridad y un 52% aumentó las disponibles.
«El incremento de la atención telemática parece que fue bien recibido por nuestros pacientes con cefalea, porque la gran mayoría de ellos conocía los riesgos de exposición a la COVID-19 y estaban dispuestos a reducir los desplazamientos a los centros hospitalarios. Así pues, la pandemia ha afianzado la utilidad de la consulta telemática en pacientes con cefalea, pero también ha puesto en evidencia la necesidad de mejorar el uso de la telemedicina mediante sistemas virtuales para la comunicación con los pacientes y otros profesionales sanitarios», señala la Dra. Sonia Santos.
Y es que un 64% de los neurólogos encuestados consideraban que la respuesta de los pacientes había sido favorable a la nueva situación, a pesar de que un 46% apreció un empeoramiento de la situación clínica de los pacientes que evaluó durante la pandemia.
Medicamentos
Por otra parte, la pandemia COVID-19 también influyó en la dispensación de los nuevos tratamientos con anticuerpos monoclonales para la migraña. Solo en el 33% de las unidades se pudieron iniciar estos tratamientos, en los que la educación sobre la utilización del fármaco se realizó de forma presencial en el 69% de los casos y en el resto de forma telemática. En aquellos centros en los que estos tratamientos se habían iniciado previamente, solo en un 6% de los casos el paciente se desplazó al hospital para la visita de seguimiento. En el 48% de los centros los pacientes acudieron al hospital a recoger el fármaco y solo en 13 unidades se estableció algún sistema de envío a domicilio.
El estudio también valoró el posible impacto que los neurólogos esperaban como consecuencia de la crisis por la COVID-19 en las Unidades y consultas especializadas de cefaleas. En el corto y medio plazo, la mayoría de los encuestados prevén un aumento significativo en las listas de espera de primeras visitas, revisiones y procedimientos dada la alta prevalencia de la cefalea y el posible empeoramiento clínico de los pacientes, además de que la cefalea es uno de los síntomas neurológicos más frecuentes de la infección por SARS-CoV-2, y que, en ocasiones, puede ser la única forma de presentación. Por esta razón, mientras que un 42% considera que su estructura volverá a funcionar con normalidad tras el estado de alarma, un 31% opina que precisará aumentar el personal médico, el 6% el personal de enfermería y un 21% que se necesitará reforzar ambas actividades.