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La Sirenita Michelle, campeona dentro y fuera del agua

Fuente: Michelle Alonso.

A sus 24 años, Michelle Alonso, conocida también en el mundo del deporte como La Sirenita Michelle, se ha convertido en un ejemplo para muchos tanto en el ámbito deportivo como en el personal. Su talento y esfuerzo le han llevado a competir en dos ocasiones en unos Juegos Paralímpicos, y trabaja nadando cada día por llegar a los terceros. Vidas Insuperables les cuenta su historia.

Fuente: Michelle Alonso.

Michelle se tiró por primera vez a una piscina con siete años. Como tantos otros niños sufría dolores de espalda, y el médico le recomendó practicar este deporte. Empezó nadando en un club de natación convencional, pero ella no era nada convencional. Su forma de ser y su manera de nadar tan única, le llevaron a cambiarse de club.

Se sintió un poco desplazada en su primer club: “nadé con este club hasta que dejé de sentirme a gusto, mis compañeras no me aceptaban como era, me llamaban Dori”, confiesa la nadadora. Esto le llevó a buscar otro sitio donde nadar. Su prima le presentó a una de sus actuales compañeras del Ademi Tenerife y empezó a nadar con ellos.

De Dori a Sirenita

Fuente: Michelle Alonso.

Desde el primer momento en que empezó a nadar en el Ademi, Michelle se sintió muy cómoda y esto se notó. Su actual entrenador, Jose Luis Guadalupe, el primer día que la vio nadando, predijo todo lo ha que ha logrado la tinerfeña hasta hoy. “El primer día que nadé allí fue alucinante, mi entrenador habló ese mismo día con mis padres. Adivinó el futuro. Supo que iba a ir a un campeonato de España, de Europa, del mundo e incluso unas paralimpiadas”. Michelle ha logrado todo esto, y mucho más.

Le diagnosticaron discapacidad intelectual a los doce años. Aunque los médicos le dieron el diagnostico a esa edad, Michelle ya sabía antes que algo pasaba. “Me costaba mucho aprender, estudiar, hacer los exámenes… Hasta que me hablaron de mi discapacidad yo hacía vida normal, pero en ese momento a mi madre y a mi se nos encendió la bombilla, entendimos muchas más cosas”, explica.

Fuente: Michelle Alonso.

Esta discapacidad no le impidió en ningún momento luchar por lo que más quería: ser nadadora profesional. Para ello trabajó duro, nadó a diario, y se esforzó en todo momento por mejorar sus marcas. Empezó compitiendo en los campeonatos nacionales, y de ahí escaló a los europeos y los mundiales. Pero sin duda, lo que marcó la diferencia en la carrera de Michelle fueros los Juegos Paralímpicos de Londres 2012.

“En mis primeras olimpiadas de Londres vi la piscina y me quedé alucinada. Llegué allí y vi lo grande que era la piscina, las gradas que llegaban hasta el techo, toda la gente que había, de diferentes países y con diferentes discapacidades, dándolo todo para conseguir su medalla… Puf, ese momento no me lo quito nunca de la cabeza”. Reconoce que se le puso el vello de punta al pensar que iba a nadar en la misma piscina que otros grandes de la natación como Michael Phelps o Mireia Belmonte.

Su sueño: repetir en unas Paralimpiadas

Fuente: Michelle Alonso.

En esas primeras olimpiadas consiguió batir el récord del mundo y ganar la medalla de oro en los 100m braza. Desde ese momento siguió nadando, compitiendo y ganando hasta llegar a las Paralimpiadas de Rio 2016. Y allí, volvió a conseguir el oro. Ahora su sueño es llegar a Tokio 2020 y volver a superarse.

Aunque Tokio 2020 aun es un objetivo a largo plazo, entrena cada día para mejorar y seguir ganando otras competiciones, como la última en el Campeonato de España de Natación Adaptada por Autonomías, donde consiguió el oro en categoría S14 en 100 metros braza, en los 50 metros libres, y en los 100 libres.

Para lograr tantas medallas, reconoce que su rutina es entrenar, entrenar, y entrenar. “Mi día a día te cansas solo de escucharlo. Por la mañana entreno en la piscina, después vamos al gimnasio y por la tarde vamos de nuevo a entrenar. Aunque depende un poco de cada semana, lo habitual es entrenar mucho”, cuenta Michelle.

“No se queden en casa”

Reconoce que el mundo de la natación es muy duro, ya que a los entrenamientos hay que sumarle las dietas, el gimnasio, los madrugones, etc. Sin embargo, la natación le ha ayudado a comunicarse y expresarse mejor, a relacionarse con más personas.

Por eso, recomienda a otros discapacitados practicar cualquier actividad. “Hablando de todas las discapacidades les diría que no estén en casa, que hagan deporte, que hagan lo que más les guste, que salgan a la calle. Pero que no se queden en casa. Que vida solo hay una y hay que disfrutar cada momento, si no les gusta el deporte, que prueben otras cosas, pintura, cocina, lo que sea, pero que no se encierren en casa”.

Michelle, que a día de hoy es un ejemplo a seguir, no solo en el ámbito deportivo sino en sus otras cualidades como la superación, positividad, constancia, motivación y optimismo, agradece el apoyo con el que cuenta. Apoyo que recibe no solo por parte de su entorno más cercano, sino de empresas y fundaciones, como es el caso de la marca Speedo o la Fundación DISA .“Me motiva sentirme tan apoyada por mi familia, mi entrenador, mi mejor amiga Judith y mis compañeros. Incluso la gente que no me conoce personalmente, pero que me ha visto en periódicos o en otros medios, me apoyan, me felicitan, y eso es muy emocionante”.

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