La haltera extremeña ha demostrado a lo largo de su carrera que la discapacidad no existe. Vidas Insuperables les cuenta su historia, resilencia en esencia vital.
Rezuma energía y vitalidad. De cada una de sus palabras y frases se exhala un soplo de aire fresco de resilencia, la capacidad que tenemos para superar las situaciones adversas.
Conversar con ella es una terapia para el que escucha, un incentivo para seguir adelante, una bocanada de esperanza y empatía, un molde extraído de la mejor génesis humana de pura vida.
Extremeña del cacereño municipio de Losar de la Vera, Loida Zabala es la mejor deportista paralímpica de la historia de España y una de las mejores del mundo, pero, sobre todo, su vida es un ejemplo de tenacidad y voluntad.
«Si volviera para atrás y tuviera que elegir, tendría claro que no cambiaría nada. Si no me hubiera quedado en silla de ruedas, no hubiera tenido las fantásticas experiencias que he vivido ni conocido a las maravillosas personas que me he encontrado en mi camino», afirma sin dudar.
Según se desprende de sus palabras, parece que todo ha sido un cuento de hadas. Pero la vida con tan sólo 11 años le aguardaba un gran impacto personal. Una mielitis transversa la dejaba en silla de ruedas.
«Pasé unos meses muy duros en el hospital, pero, sobre todo, por estar encerrada en una habitación. Cuando salí y me dio el aire en la cara, empecé a valorar todo cómo nunca lo había hecho».
A pesar de su corta edad, estar en una silla de ruedas «nunca fue traumático para mi, aunque sí lo fue mucho para mi entorno familiar y mis padres. Pensaban que nunca podría ser autónoma».
Perseverancia diaria
Una preocupación lógica de cualquier padre o madre pero que Loida se encargó enseguida de desbaratar con hechos diarios cargados de perseverancia. Su circunstancia nunca fue un obstáculo para desarrollar una vida completamente independiente.
Siempre un «culo inquieto», bromea, fue superando metas de manera continua. Obtuvo el carné de conducir y se formó incluso mucho más que el resto de personas.
A sus 30 años Loida es Licenciada en Administración y Finanza y Programación de Ordenadores, lo que le hizo pasar una larga temporada en Oviedo, y se está formando como una experta en ‘coaching’.
«Me gustaría poder compartir mi experiencia con otras personas y, si es posible trasladar un mensaje de optimismo. Sólo nosotros mismos nos ponemos los límites», explica.
Rompiendo barreras
Un deporte al que llegó casi de casualidad. Antes y después de su enfermedad, siempre había hecho deporte, pero nunca había tenido una necesidad de competir.
Tras quedar en silla de ruedas, el gimnasio se convirtió en su mejor aliado para ser autónoma y mejorar su calidad de vida. Sin embargo, a los 18 años, comenzó a levantar peso y los éxitos no han parado de llegar, con un amplísimo palmarés que tiene una medalla de oro de la que se siente especialmente orgullosa.
En 2016, se propuso el reto de competir con deportistas sin discapacidad. Para asombro del mundo del deporte, logró un éxito sin precedentes, al obtener la medalla de Oro en la Copa de Europa de Powerlifting, además, en una competición disputada en España, en la malacitana Alhaurín de la Torre.
“No paraba de llorar de alegría, con los amigos, en Facebook Live…”no era de extrañar, había demostrado que la discapacidad no existe y había dado un salto en la historia del deporte inclusivo.
Inconformista por naturaleza, Loida quiere ir más allá y a medio plazo quiere batir el récord de Europa absoluto de menos de 52 kilos. Un sueño al alcance de su mano. “Aunque parezca lo contrario la técnica es más sencilla en esta modalidad y voy a luchar por ser plusmarquista europea”, avanza con optimismo.
Es Loida Zabala, una losareña de la Vera que se sigue emocionando cuando recuerda que en su pueblo natal pusieron su nombre al pabellón deportivo, y que sueña con mejorar la vida de los demás. Una haltera que levanta pesos de pura vida.