Se trata de una discapacidad que resulta de la combinación de dos discapacidades sensoriales, la visual y la auditiva, y genera necesidades específicas de comunicación, derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer, y por tanto interesarse y desenvolverse en su entorno.
Sólo 2.544 personas padecen sordoceguera en España, según los datos de la ONCE, pero se trata de un colectivo que necesita visibilidad y más atención de la sociedad por sus peculiares características.
En el año 2014, esta organización tenía censadas a 1.990 personas con sordoceguera y, en apenas cinco años, se ha incrementado el censo en más de un 25 por ciento. A tenor de estas cifras, la ONCE “continúa haciendo esfuerzos para ayudarlas”, ya que las personas con sordoceguera tiene más restringidos los estímulos que si tuviera limitaciones en uno solo de los sentidos.
En ese sentido, la sordoceguera es una discapacidad con entidad propia que resulta de la combinación de dos discapacidades sensoriales, la visual y la auditiva, que genera, en las personas que la tienen, necesidades específicas de comunicación, derivadas de la dificultad para percibir de manera global, conocer, y por tanto interesarse y desenvolverse en su entorno
Por eso, es necesario poner en práctica otras metodologías, tanto en la educación de los niños como en la habilitación y rehabilitación de los jóvenes y los adultos, basadas en el aprovechamiento no sólo de los posibles restos de vista y oído, sino también de los demás sentidos, fundamentalmente el tacto.
En ese contexto, la Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (FOAPS), tiene como fin promover el desarrollo de programas dirigidos a la atención de las necesidades específicas de las personas con sordoceguera, poniendo particular interés en los relacionados con la educación y el empleo, al objeto de procurar la integración socio-laboral y mejorar la calidad de vida de estas personas.
Su labor es imprescindible para este colectivo, al igual que el que están haciendo otras organizaciones como el Comité de Entidades Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad de Madrid (CERMI Comunidad de Madrid).
Visibilidad a mujeres y niñas
Precisamente, hace unos días esta entidad aprobó la entrada de la Asociación de Personas Sordociegas de la Comunidad de Madrid (ASOCIDE Comunidad de Madrid), que arrancó su labor en 2015 con el objetivo de garantizar el acceso a información y facilitar la comunicación mediante diferentes sistemas que “permitan a las personas sordociegas ser dueñas de su vida y de sus decisiones, además de participar en la sociedad en igualdad de condiciones”.
En concreto, ASOCIDE es pionera en Europa en dar visibilidad a la realidad y los derechos de las mujeres y niñas con sordoceguera, con Marina Martín como presidenta. “Desde CERMI Comunidad de Madrid se trabajará, más intensamente a partir de ahora, en impulsar la visibilidad y mejorar la realidad y los derechos de las personas con sordoceguera”, según indica su presidente, Óscar Moral. En la Comunidad de Madrid, según las últimas estadísticas publicadas, viven 144 personas con sordoceguera.