Apostar por la accesibilidad será determinante para recuperar el turismo perdido y dotar de estabilidad al sector, según la Fundación Adecco. A nivel nacional, se podrían generar más de 100.000 puestos de trabajo sostenibles si el turismo apuesta por la accesibilidad como motor de futuro.
Desde hace más de medio siglo, el turismo es uno de los propulsores de la economía española. Sin embargo, este verano se ha producido una desaceleración en la llegada de turistas que pone de manifiesto que este sector debe dar una vuelta de tuerca hacia la accesibilidad como eje de futuro.
Entre las causas que subyacen detrás de este descenso se encuentran la ola de calor del norte de Europa, que frenó las reservas de última hora, o la recuperación de la fuerza de destinos competidores en clima y precio, como Turquía o Túnez.
Sea como fuere, esta temporada hemos asistido a una ralentización del turismo en España, que hace necesario definir una hoja de ruta para recuperar los niveles de años anteriores. Entre otras medidas, se ha hablado de la diversificación de flujos, el refuerzo de la oferta digital o el incremento de la calidad de la oferta turística. En este sentido, la accesibilidad se ha convertido en un requisito básico para medir la calidad de los servicios turísticos.
Invertir en accesibilidad
En este marco de ralentización turística, la Fundación Adecco destaca la necesidad de invertir en accesibilidad, no sólo por una cuestión de justicia social, sino de rentabilidad, al ser la llave para incrementar el volumen de turistas, hacer frente a la estacionalidad del sector, así como generar puestos de trabajo sostenibles, que permitan incrementar los ingresos a trabajadores que, debido a la estacionalidad, se encuentran en situación de desempleo el resto del año.
«Apostar por la accesibilidad permitiría recuperar a estos turistas y reducir la estacionalidad, posibilitando la permanencia de puestos de trabajo, el mantenimiento de las cotizaciones salariales y un ahorro en los subsidios de desempleo. Todo ello se traduce en una mayor estabilidad para el sector”, añade.
En este sentido, Enrique Rovira-Beleta, arquitecto-director de Rovira-Beleta Accesibilidad comenta que “la accesibilidad es un gran negocio turístico que no se está aprovechando. Muchas personas con discapacidades permanentes o temporales viajarían más si hubiera entornos y establecimientos turísticos con accesibilidad universal y, además, lo harían acompañados de su familia y/o amigos, lo que multiplicaría los beneficios económicos de las empresas turísticas y aumentaría la competitividad del país”.
Generar más de 100.000 nuevos empleos
Para Mesonero, “si queremos llamarnos una sociedad madura y desarrollada no podemos pasar por alto el criterio accesibilidad, pues ello supondría, no sólo el cuestionamiento de la calidad de nuestra oferta turística, sino la privación de un derecho fundamental, como es el turismo, a las personas con necesidades de accesibilidad.