La Fundación Alaine y la Fundación Vida para Todos llevan años desarrollando diversos proyectos en el norte de Benín que se centran en la educación, en la niña y la mujer y en fomentar una alimentación correcta con los recursos propios.
Seguro que todos han oído hablar de Nigeria, Burkina Faso, Ghana o Costa de Marfil. Y seguramente que no sepan qué es Benín. Todos ellos son países del oeste de África, pero este último pasa desapercibido para la mayoría de la sociedad y en él se llevan a cabo distintos proyectos ilusionantes e insuperables gestionados por la Fundación Alaine y la Fundación Vida Para Todos.
Pero eso no quiere decir que la pobreza, el hambre o la desigualdad no exista allí. Como en la mayoría de países del continente africano, las diferencias sociales están presentes y éstas son el principal reto de ambas organizaciones que, una desde España y la otra desde el propio país, buscan erradicar y convertir a la sociedad beninesa en un modelo para el resto de estados.
Uno de los proyectos que están desarrollando actualmente es la puesta en marcha y ampliación del centro nutricional en Kérou gracias al apoyo económico del Consejo General de Colegios Farmacéuticos a través de la vigésimo segunda convocatoria de ayudas de cooperación al desarrollo en la que han sido seleccionadas cinco fundaciones.
“Como farmacéutico que mi consejo general ofrezca este tipo de ayudas es un orgullo y cabe destacar que cualquier ayuda, por muy pequeña que sea, para nosotros es muy grande y siempre nos aseguramos que el 100% del dinero llega a las personas que lo necesitan, ya que los viajes y estancias se los paga cada voluntario”, explica Borja.
Un norte en el que hay mucho que hacer
“Es un viaje que nunca se olvida. Para llegar a Kérou desde Banikoara hay que ir a través de una pista de tierra por la que tardas cuatro horas para recorrer 80 kilómetros. Se te llena de tierra la boca, ojos y nariz y cuando llegas te encuentras chabolas y chozas en el poblado que principalmente se dedica al cultivo del algodón”, recuerda el presidente de honor.
Y podría decirse que esta es la ‘cara buena’ del año, que va de octubre a marzo, porque durante el resto de meses la lluvia no cesa e impide en muchas ocasiones llegar a poblaciones como ésta que no tienen unas infraestructuras que les permita desplazarse con seguridad.
Ya en Kérou, la Fundación Vida Para Todos desarrolla distintos proyectos entre los que se encuentra la ampliación y puesta en marcha del centro nutricional que permitirá que las madres puedan dar una alimentación a sus hijos con los valores nutricionales necesarios con los recursos propios que da la tierra.
Plantar, cosechar y alimentarse
Para ello, con la ayuda económica del consejo farmacéutico han contratado a una matrona que se encargará de formar a las mujeres que acaban de tener hijos en el hospital, además de darles distintas cantidades de los cereales que la fundación ha adquirido y que almacena en el centro nutricional que ya hay construido y que tienen previsto ampliar. “El centro hospitalario de Kérou cuenta con todas las patas y, con la incorporación del centro nutricional, cerramos el círculo”.
La mujer, el objetivo principal
Pero esta ayuda no es tan fácil como parece, ya que los voluntarios centran su atención en las mujeres que viven en zonas de exclusión. “La mayoría de ellas son reticentes a ir al hospital y después, debido a la cultura que tienen, no se dejan explorar por los médicos y siempre deben acudir acompañadas de sus maridos”.
Esta situación las hace que queden relegadas a un plano más hogareño, cuidando única y exclusivamente de su casa y de sus hijos. Ante esta situación, desde la fundación han puesto en marcha un proyecto de huerta para mujeres que les permita ser autónomas y poder realizar otras funciones fuera del hogar.
Pero este solo es uno de los distintos proyectos que vienen desarrollando desde hace años en el norte y que busca dar estabilidad y empoderamiento a la mujer. “Nuestro compromiso está con el norte, las mujeres y las niñas. Son las que soportan todos los cuidados familiares, van a por el agua y realizan todas las tareas de la casa y son las que deben tener un acceso asegurado a la educación”.
Por delante les quedan muchas nuevas campañas, como la creación de un centro de maternidad que permita que las madres puedan dar a luz sin que se mueran de camino al hospital, como sucede en varias zonas de Benín, y para ello esperan recibir ayudas que les permita seguir dotando de medios a los benineses más desfavorecidos.
“Creo que las convocatorias como la que organiza el Consejo General de Colegios Farmacéuticos son muy importantes y por ello animo a todas las asociaciones y fundaciones que se presenten, ya que muchas de ellas llevan a cabo proyectos en sitios inhóspitos y que son verdaderamente necesarios”, concluye el delegado de la Fundación Alaine en el País Vasco.