La Unidad de Tratamiento Integral de Pacientes con Autismo del Hospital Gregorio Marañón coordina un estudio clínico sobre el efecto de los ácidos grasos omega-3 en menores con trastornos del espectro autista (TEA), cuyos resultados son «esperanzadores», según los expertos.
En 1984, a Lorenzo Odone, con apenas 5 años se le diagnosticó una extraña enfermedad, el ALD. Su historia y la de una familia que descubrió las propiedades del aceite para el tratamiento de esa patología, se convirtió en el guión de la película El Aceite de Lorenzo.
Esa historia la tenacidad de los progenitores de Lorenzo Odone es similar a la que está teniendo la única unidad de Tratamiento Integral de Pacientes con Autismo en la Comunidad de Madrid, ubicada en el hospital Gregorio Marañón.
Desde hace varios años, esta sección especializada en esta enfermedad coordina un estudio clínico sobre el efecto de los ácidos grasos omega-3 en menores con trastornos del espectro autista (TEA).
Según los facultativos, los resultados son «esperanzadores». Se trata de un ensayo con 80 niños y adolescentes, el mayor hasta la fecha y en el que también participan los hospitales Niño Jesús de Madrid y Clínic de Barcelona.
Las pruebas realizadas han demostrado, a través de un biomarcador, que el tratamiento con omega-3 mejora el índice omega-3/omega-6 en la membrana celular, lo que favorece la estructura y la funcionalidad de la membrana celular.
Los primeros estudios muestran un estado proinflamatorio que se puede traducir en alteración de la estructura de la membrana celular en personas con TEA y lo que parece más importante, hubo «mejoría en la motivación social de los pacientes durante el estudio».
Este estudio posibilita “seguir avanzando en el desarrollo de tratamientos para esta población clínica», según el Hospital, que también ha participado en otro estudio que «ha identificado 33 genes que de forma clara contribuyen al riesgo de autismo y otros 70 genes con una implicación indirecta».
El 79% de los pacientes atendidos en la unidad de Tratamiento Integral de pacientes con TEA del Marañón son varones y menores de edad.