La Comunidad de Madrid aplica esta técnica en el Hospital del Tajo. Alivia la sintomatología en patologías resistentes a tratamientos conservadores o de fisioterapia estándar como trocanteritis, tendinopatía o fascitis plantar.
La Comunidad de Madrid aplica una terapia con ondas de choque en el Hospital público Universitario del Tajo de Aranjuez para mejorar la rehabilitación de los pacientes. Este tratamiento seguro de nueva generación cuenta con médicos acreditados y se administra combinando dos sistemas de producción (electromagnético y piezoeléctrico) en el mismo aparato.
El consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha conocido de primera mano el funcionamiento de esta técnica –del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación– empleada con cerca de 100 personas en este centro público, con un programa de 28 días de duración.
En cada sesión, una por semana en días fijos, se explora al enfermo y se localiza ecográficamente la zona afectada para ver la evolución y enmarcar el aplicador de las ondas. Tras tres meses se procede a una revisión en consulta y se analizan los resultados. En el caso de la tendinopatía cálcica del hombro, muestra una mejoría significativa ecográfica en el 60% de los pacientes que han recibido el tratamiento, lo que refleja el éxito de la aplicación al encontrarse en las cifras más altas del rango de los estudios realizados al respecto.
Esta tecnología, que transmite energía a distancia focalizada en un punto concreto para conseguir un efecto sobre el tejido en profundidad, ha sido también aplicada en casos de fascitis plantar, epicondilitis, tendinosis aquílea y síndrome del dolor en trocánter mayor (trocanteritis) con resultados satisfactorios en todoslos casos y escasos efectos segundarios, como puede ser un ligero hematoma o dolor transitorio resuelto con analgésico por vía oral.
Para facilitar la estancia y la realización de pruebas clínicas a los menores, tanto ingresados como ambulatorios, el Servicio de Pediatría de este centro de la sanidad pública madrileña utiliza unas gafas virtuales que permiten al pequeño abstraerse de la práctica sanitaria mientras ve, escucha y disfruta de capítulos de dibujos animados, paisajes o situaciones que facilitan a los profesionales sanitarios la realización de muestras analíticas, electrocardiogramas, rayos u otras prácticas clínicas.
La fresa y el melón
Gafas a las que se suman las figuras alegóricas en realidad aumentada, como son la fresa de Aranjuez y el melón de Villaconejos, que han sido convertidos a través de la pintura en las mascotas del hospital, y que acompañan en todo momento a los niños durante su estancia en el centro sanitario. Los murales realizados en el área pediátrica permiten interactuar a los pequeños para que comprendan las fases que atraviesan en la consulta, o durante el ingreso y la realización de pruebas clínicas. Junto a estas pinturas y la posibilidad de disponer de realidad aumentada a través de códigos QR, se les facilitan materiales de dibujo y entretenimiento, con los que amenizar su estancia adentrándose en las historias de fresoncita y meloncete, que asociarán a su experiencia en el hospital.