Ignacio Ortega, más conocido en la cancha y fuera de ella como ‘Pincho’, se ha convertido a sus 17 años en la joven promesa del baloncesto en silla de ruedas. Es uno de los mejores jugadores de Europa y ya ha conseguido una beca para seguir su proyección deportiva en Estados Unidos, la meca del basket. “Nunca habría imaginado que llegaría donde estoy hoy”, confiesa a Vidas Insuperables.
Con tan solo 17 años Ignacio Ortega compagina sus estudios con su gran pasión, el baloncesto. Desde que tiene uso de razón ha convivido con una discapacidad ya que nació sin las dos piernas, una circunstancia que no le ha impedido nunca luchar por sus sueños.
Además de nacer con esta discapacidad, parece que Ignacio nació también con un apodo, ya que le llaman ‘Pincho’ desde que su padre le vio en la cuna del hospital. “Nací en octubre y hacía mucho calor. Cuando se iban los familiares y todos los que habían venido a verme, mi madre me quitaba la ropa porque me ponía muy rojo por el calor. Mi padre vino un día y me vio tan rojo que me comparó con un pincho moruno. Y poco a poco se fue extendiendo, más gente empezó a llamarme así y hasta hoy”, cuenta entre risas.
Para él, haber padecido esta discapacidad desde el primer momento ha sido una ventaja a la hora de adaptarse al día a día. “Llevo con prótesis desde mi primer año de vida. Es algo que ayuda mucho a adaptarte y a andar cada vez mejor”. Reconoce que haber llevado prótesis desde tan temprana edad ha sido una suerte, y que no cuenta con los mismos problemas de movilidad que tiene una persona que va en silla de ruedas.
Una beca para Alabama
Pincho, que aún está cursando segundo de bachillerato, compagina sus clases con los entrenamientos, y asegura que es igual de estricto con los estudios que con el baloncesto. “Mi día a día es de lo más normal entre los chavales de 17 años. Mis compañeros de equipo entrenan también por la mañana, pero como tengo que ir a clase, yo solo entreno por las tardes. Vuelvo del colegio, me pongo a estudiar según llego, voy al Metro y entreno de ocho a diez”.
Ser tan exigente consigo mismo le ha permitido conseguir una beca deportiva para estudiar en Alabama, Estados Unidos. “El deporte adaptado y, en concreto el baloncesto, cada vez está más comunicado internacionalmente. Es un deporte que cada vez se hace más grande, más importante”. Esto le ha animado siempre a no rendirse, a ir a por todas.
Empezó a jugar al baloncesto gracias a la Fundación También, donde se dedican al deporte adaptado y ocio para la inclusión de las personas con discapacidad. Aunque antes de centrarse en el mundo del baloncesto probó en diferentes deportes, desde el pádel hasta el esquí.
Fue su amigo y actual compañero de equipo, Daniel Stix, quien le animó a probar el baloncesto durante una actividad organizada en Alcobendas, y a Pincho le gustó tanto que decidió apuntarse al equipo. Desde entonces, ha ido mejorando y subiendo de categoría hasta llegar a su actual equipo, el CD Ilunion.
“Debemos ponernos objetivos que alcanzar”
En la temporada pasada consiguió el triplete junto a su equipo, proclamándose Campeón de Europa, de la Liga Nacional y de la Copa del Rey. Esto significó para él llegar más lejos de lo que imaginaba de pequeño, y aun así no le ha parecido suficiente, ya que sueña siempre con conseguir algo más.
Desde que empezó en el baloncesto, Pincho siempre ha admirado a otros jugadores en silla, como los hermanos Zarzuela o Terry Bywater. Asegura que además de ser unos grandísimos jugadores, son muy cercanos e iban a la escuela cuando Pincho solo soñaba con ser como ellos.
“Cuando era pequeño veía a otros jugadores y soñaba con llegar a ser algún día tan bueno como ellos. Ahora estoy entrenando todos los días con ellos, con los mejores del mundo. Algo comprobado porque hemos ganado dos Copas de Europa seguidas, lo que es una pasada, algo inimaginable” explica el deportista.
“A corto plazo pienso en las concentraciones que tengo más próximas con el equipo y con la selección. A medio plazo estoy pensando ya en el Mundial de agosto en Hamburgo y el Europeo Sub-22 de septiembre en Italia. Me encantaría por supuesto también volver a lograr el triplete con el Ilunion. A largo plazo pienso que llegar a Tokio sería lo más, pero me gustar ir poco a poco, superarme y derribar todos los obstáculos”.
Este año, hasta el momento, ha sido designado MVP del Campeonato de España de Promesas Paralímpicas de baloncesto celebrado en Valencia; se ha concentrado con la Sub-22; y ha quedado subcampeón y con muy buenas sensaciones con la absoluta en el XIII Torneo de Semana Santa de Baloncesto en Silla de Ruedas, en Bélgica.
Crece el baloncesto en silla de ruedas
El baloncesto siempre ha sido uno de los protagonistas en el entorno del deporte adaptado. A día de hoy no deja de crecer, y los polideportivos se llenan en cada competición. “Cada vez está más solicitado, tenemos más atención, más público, tanto en televisión como en los pabellones”. Sabe que aún hay mucho por recorrer para igualarse frente al baloncesto a pie, pero sueña y cree posible estar cerca en unos años.
Para Pincho el baloncesto es una forma de fortalecerse tanto física como mentalmente. El deporte le ha ayudado a superarse y motivarse cada día y asegura que con el baloncesto no tiene nada que perder, solo cosas que ganar.