Según un Estudio sobre Acoso Escolar realizado a los niños y jóvenes usuarios de implante coclear, impulsado por la Federación AICE, la Asociación No al Acoso Escolar NACE y la Universidad de Santiago de Compostela.
“Sufrí acoso durante más de un año antes de decirle a mis padres que quería cambiar de colegio. Solo entonces se dieron cuenta de que algo andaba mal”. “El acoso me bajó mucho la autoestima y no me dejaba avanzar. Pero con el paso del tiempo el haber pasado por ello y superarlo me hecho más fuerte.”
Son algunos de los testimonios de jóvenes con implantes cocleares (IC) extraídos del Estudio pionero sobre Acoso Escolar impulsado por la Federación AICE (Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España), en colaboración con la Asociación No al Acoso Escolar NACE y la Universidad de Santiago de Compostela.
“En el primer colegio se desentendieron de él. No hubo una buena respuesta, pero la segunda vez que pasó en otro colegio, el profesorado se involucró y se notó un cambio radical”, explica uno de los padres de un joven que ha padecido bullying.
“Mi madre se enteró por una madre de una compañera mía. Yo tenía miedo a decírselo y ahora no sé muy bien por qué lo hice”, asegura un adolescente implantado coclear. “Mi hijo llegaba muy contento a casa todos los días. Lo hacía para que yo no notara que pasaba algo”, explica su madre.
Declaraciones como estas ponen de manifiesto los resultados de este trabajo, liderado por el doctor Antonio Rial Boubeta, profesor titular de Metodología de Investigación Social en la Universidad de Santiago de Compostela, especializado en proyectos centrados en adolescentes, adicciones, acoso escolar y ciberacoso.
Junto a Laia Zamora, coordinadora de proyectos con jóvenes de la Federación AICE, este investigador apunta que “ser usuario de implante coclear supone entre doblar y triplicar las posibilidades de sufrir odio y violencia. La tasa de acoso entre jóvenes es de 23,5% (27.6% solo menores de edad) y la de ciberacoso es de 8.8% para todas las edades. Según Save the Children, la tasa de bullying es de 9,3% y ciberbullying es de 6,9%”.
Baja autoestima
Además, este proyecto pone en evidencia que “para el 42% de los jóvenes usuarios de IC, la condición de implantado coclear supone una mayor probabilidad de sufrir episodios de violencia en las aulas”. Al respecto, “el 88,95% de los jóvenes con IC que fueron víctimas de acoso consideran que este hecho fue el principal motivo para ello”.
En cuanto a las consecuencias personales, el estudio revela que “para el usuario del Implante Coclear supone un empeoramiento del estado de ánimo, autoestima y relación con compañeros/as en el aula; la reducción de la voluntad de acudir a los centros educativos; una bajada del rendimiento educativo; e interferencias en el sueño y el apetito”
En ese sentido, a tenor de estos datos, “la tasa de adolescentes con implante coclear con una autoestima baja es del 84.3%”, ya que “no es fácil para las víctimas jóvenes con IC comunicar situaciones de acoso: el 40% de los menores que sufren acoso escolar no lo cuentan nunca o tardan meses en hacerlo”.
Apoyo familiar
En ese contexto, el estudio asegura que el apoyo de la familia y el profesorado es esencial en la atención al acoso, pues “tan solo el 5,5% de los progenitores consultados consideran que su hijo con IC sufre acoso frente al 23,5% real; y el 64,3% de los jóvenes recurren a sus progenitores en primer lugar, siendo el profesorado el segundo referente”.
La presentación del estudio también ha contado con la presencia de Javier Pérez, director de la asociación NACE; Joan Zamora, presidente de la Federación AICE, y Jesús Celada, director general de Políticas de Apoyo a la Discapacidad y responsable del Real Patronato sobre Discapacidad, del que Vidas Insuperables es Medio Colaborador.