La Fundación Menudos Corazones, gracias al apoyo de Bankia y Fundación Montemadrid, entrega a las familias de niños con cardiopatías congénitas, en las salas de espera hospitalarias, un telar con el que confeccionar una pulsera muy especial que les acompaña y ayuda durante el ingreso.
“Tener a un hijo hospitalizado, a la espera de una intervención de corazón o recién salido de ella, es una de las experiencias más difíciles que unos padres pueden vivir. Son momentos muy duros en los que es complicado encontrar la calma y el optimismo necesarios para ayudar a tu hijo y mantener la estabilidad emocional de toda la familia”.
En ese contexto, algunos padres de Menudos Corazones han descubierto los beneficios que les ha reportado el telar de hacer pulseras y han decidido compartirlos.
Y así ha sido cómo el equipo psicosocial de la Fundación lo ha incorporado a su denominado ‘kit de acogida’ para las familias de los niños ingresados, como uno de los materiales de autoayuda, junto con guías monográficas, información útil, etc.
Gracias al apoyo de Bankia y Fundación Montemadrid al proyecto ‘Un hogar y atención psicológica para niños con cardiopatías congénitas y sus familias en situación de riesgo y desigualdad’, el soporte de elaboración de la pulsera, de madera, se ofrece ahora a los padres que aguardan con sus hijos en la sala de espera de consultas de las unidades de referencia en cardiología pediátrica y cirugía cardíaca infantil de Madrid, para acompañarlos durante sus revisiones. También en las salas familiares de los hospitales, donde juegan niños con cardiopatías congénitas con otros menores con otras patologías.
La experiencia de Gerardo
Es el caso del hijo de Gerardo, de cuatro años. Para este padre, «una de las cosas que más nos han entretenido ha sido la tarde en la que hice con mi hijo la pulsera trenzada de varios colores. Es una actividad fácil de realizar, en la que el niño aprende y el resultado perdura – la tenemos pegada con celo en nuestra habitación-. Esta actividad nos ha servido para hacernos sentir como si estuviésemos fuera de un hospital».
El telar cuenta con un folleto con las instrucciones de elaboración y la explicación del significado de este objeto tan especial. Con esta iniciativa, “enlazas tus latidos a los de los niños con problemas de corazón. Al tejer tu pulsera, recuerda el propósito original del telar: acompañar a los padres de niños con cardiopatías congénitas en su duro y, a veces, largo proceso de hospitalización”, explica Amaya Sáez.
Para la directora de esta fundación, “la pulsera no solo contribuye a sobrellevar las interminables horas de espera en el hospital, sino que es una tarea sencilla que reduce el estrés y la ansiedad”.
“Además, ayuda a la autoestima, es fácil de confeccionar, permitiendo compatibilizar la labor con el cuidado de los menores por poderse abandonar y retomar en cualquier momento, y reduce la sensación de impotencia, focalizándola en la realización de un detalle de agradecimiento para regalar a personal sanitario, familiares y amigos”, añade.
Según Menudos Corazones, también se puede enseñar a los hijos cuando su estado físico mejora y su edad lo permite, estableciendo así un entrañable vínculo con el pequeño.