Música y sordera, una relación de “riesgo”
AG Bell International alerta sobre la exposición prolongada a altos niveles de ruido, que provoca lesiones que afectan a la audición. Brian Johnson, Phil Collins, Pete Townshend, Noel Gallagher o Erip Clapton, algunos ejemplos de ello, según esta entidad.
En el ejercicio de su profesión, los músicos se enfrentan a peligros para la salud auditiva. La exposición prolongada a altos niveles de ruido provoca lesiones que afectan a la audición, según AG Bell International.
El riesgo comienza a partir de la exposición a sonidos que superan los 80 decibelios (dB). Cuanto más alto es el sonido menor es el tiempo de exposición que transcurre para resultar peligroso. Un minuto de concierto expuesto a 112 dB puede bastar para dañar el oído, según los expertos de esta institución. “La pérdida auditiva comienza a manifestarse en formas más leves pero la exposición frecuente y continuada hace que se manifieste una pérdida de audición progresiva que no tiene cura alguna”.
AG Bell explica que los músicos de rock pueden estar expuestos a niveles que superan los 100 dB durante más de 15 minutos, un límite muy peligroso que repercute en la pérdida de salud auditiva. La lista de músicos afectados por estas circunstancias incluye, según esta entidad, a Brian Johnson (AC/DC), Josele Santiago (Los Enemigos), Phil Collins, Pete Townshend (The Who), Luis Miguel, Midge Ure, Noel Gallagher (Oasis), Ozzy Osbourne, Chris Martin (Coldplay) o Erip Clapton.
“Muchos artistas, para proteger y/o no empeorar su audición usan moldes monitoring (para controlar lo que están tocando o cantando) o in ear (para escuchar música) o protectores activos con filtros si lo que se desea es únicamente proteger la audición del ruido externo. Así, por ejemplo, Midge Ure usa moldes hechos a medida para no seguir empeorando y la banda Pearl Jam ha llegado a ofrecer tapones a los asistentes a sus actuaciones a cambio de simbólicos donativos”, añaden las mismas fuentes.
Para AG Bell International, “es una amenaza que no afecta solamente al mundo del rock. Los intérpretes de música clásica también pueden padecer discapacidad auditiva. En 2011, por primera vez, en una sentencia se reconoció la pérdida auditiva neurosensorial como enfermedad profesional a un miembro de la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Tampoco debemos olvidar a los amantes de la música que utilizan auriculares a un volumen extremadamente alto”.
En este contexto, durante la celebración de “Marzo, mes de la audición” AG Bell International realizará estudios audiológicos gratuitos a socios de Artistas, Intérpretes o Ejecutantes (AIE), fruto de del convenio de colaboración firmado por ambas entidades. Las dos organizaciones coinciden en la conveniencia y necesidad de aunar esfuerzos a fin prevenir los problemas de audición, prestar atención audiológica entre su colectivo y también para aumentar la conciencia social sobre el impacto que tiene la exposición a sonidos intensos, música a volumen muy alto, en la audición.