El acompañamiento terapéutico infantil como medio para evitar problemas sociales
Fundación Esfera desarrolla el acompañamiento terapéutico infantil dentro del sistema educativo. Se trata de un proyecto pionero que se realiza actualmente con niños del Colegio Lope de Vega de Leganés (Madrid).
Fundación Esfera ha comenzado a desarrollar en un colegio de Leganés (Madrid) un proyecto pionero de acompañamiento terapéutico con niños dentro del sistema educativo, con la finalidad de incidir en la prevención y eviar futuros problemas sociales.
Actualmente se realiza en el Colegio Lope de Vega con técnicas que trabajan desde lo cotidiano las dificultades que presentan los pequeños, para ofrecerles apoyo desde la escuela y el hogar como ámbitos que marcan su vida.
El objetivo principal es que los profesionales ayuden a niños y adolescentes con dificultades emocionales que obstaculizan la integración en el entorno escolar, según esta entidad.
Se apoyan así actividades académicas que no pueden realizarse con normalidad, y se actúa ante dificultades como absentismo escolar, ansiedad en exámenes o relación con compañeros. También se potencian estrategias de prevención en las primeras etapas que afectan al desarrollo emocional.
Una necesidad social detectada
Trinidad Arenas es una de las psicólogas promotora del proyecto y explica que surge tras una necesidad social detectada en el servicio de atención terapéutico infanto-juvenil: “hemos percibido una dificultad de niños y adolescentes que atendemos, en su forma de relacionarse con adultos y con iguales, que conlleva una problemática social importante. Por eso realizamos esta iniciativa que trabaja en la familia y la escuela como ámbitos esenciales en su vida”.
Desde la Fundación subrayan que el acompañamiento escolar es parte de un plan terapéutico de la vida diaria, sobre dificultades en los ámbitos afectivo, conductual y social. De esta forma se facilita la integración de los menores en la escuela, como espacio de encuentro entre iguales y de contacto con las normas, lo que permite prevenir futuros conflictos, señalan.
El acompañante se adapta a la entidad educativa, respetando las normas y convirtiéndose en modelo para el acompañado. Entre los objetivos destacan la integración del alumno, fomentar la capacidad de escucha y favorecer la socialización y el juego. Se genera una función intermediaria entre el menor, la escuela y la familia para recabar información y trabajar sobre ella, según Esfera.