Suspenso de las ciudades españolas en inclusión digital
Según el Índice Smart, de referencia sobre ‘smart cities’, el estudio detecta la necesidad de promover políticas más activas para facilitar la participación de todos los colectivos para mejorar la inclusión digital de las personas con discapacidad.
Tras el aprobado raspado para las capitales de provincia en movilidad accesible, llega el suspenso en materia de inclusión digital. La accesibilidad digital es, a día de hoy, uno de los retos de las ‘smart cities’ españolas. Así lo corrobora el Índice Smart, estudio de referencia sobre las ciudades inteligentes y que concluye que las urbes españolas se enfrentan a la oportunidad de desarrollar políticas más activas y eficientes para la inclusión digital de las personas con discapacidad, implicándose en divulgar sus avances en el ámbito de la accesibilidad.
Tras los resultados, los impulsores de este estudio animan a los consistorios a reducir la brecha física y digital para crear ciudades más inclusivas en las que se facilite la participación efectiva de todos los colectivos.
El estudio —promovido por IdenCity, consultora especializada en el asesoramiento de ciudades, junto a las principales compañías ‘smart’ del país—surge como herramienta de referencia para que las urbes localicen nuevas oportunidades y se configuren como metrópolis plenamente inteligentes.
Con este objetivo, el índice detecta importantes oportunidades de mejora en el conjunto de las ciudades estudiadas en el ámbito de la accesibilidad (52 capitales de provincia españolas más la ciudad de Sant Cugat del Vallès, en Barcelona), puesto que su rendimiento global apenas alcanza el 34,64%.
Este resultado manifiesta la necesidad de una mayor implicación política para lograr la inclusión digital de las personas con discapacidad en las ciudades del siglo XXI.
La brecha digital se hace patente, por ejemplo, en los servicios de ‘open data’ de las páginas web de los ayuntamientos, dado que los datos e información de interés para las personas con discapacidad en el conjunto de las ciudades analizadas sólo alcanza un 19%.
Como aspecto positivo, el 75% de las páginas web de los ayuntamientos identificados declara tener un nivel de accesibilidad AA (proporcionan subtítulos, audio descripciones, contraste, cambios de tamaño de texto, etc.).
Transportes
Respecto a la accesibilidad en los servicios de transporte, el 20% de las estaciones de tren de media y larga distancia de las capitales de provincia españolas cuentan con el servicio Dialoga, una herramienta que permite, entre otras funciones, la video-interpretación en lengua de signos española y que facilita que las personas sordas y con discapacidad auditiva puedan comunicarse en tiempo real con el personal de la estación.
Durante la elaboración de la primera edición del Índice Smart se ha observado una escasa existencia de datos que permita evaluar en profundidad el rendimiento de las ciudades en temáticas de accesibilidad física y digital. Por eso los expertos que han participado animan a que el nivel de accesibilidad de las ciudades avance y los consistorios difundan, en mayor medida, datos fiables sobre el desarrollo alcanzado en estos ámbitos, algo que resulta fundamental para incrementar la transparencia de cara a la ciudadanía.
De esta manera, la finalidad última del índice es posicionarse como una herramienta que dé soporte tanto a las políticas públicas como a las acciones encaminadas al desarrollo y consolidación de ciudades inteligentes, según sus promotores.
Ciudades inteligentes y accesibles
El trabajo, el primero de su tipo en España y en el que ha colaborado Fundación ONCE, con el apoyo del el Real Patronato sobre Discapacidad (del que Vidas Insuperables es Medio Colaborador) examina el nivel de desarrollo inteligente a partir de 110 indicadores agrupados en 17 categorías y 5 dimensiones.
Siguiendo 34 referencias internacionales sobre esta temática, el estudio sitúa la calidad de vida de las personas en el centro e incluye la perspectiva de la accesibilidad de manera transversal en todas las dimensiones analizadas, bajo la premisa de que “una ciudad inteligente deberá ser accesible o no será inteligente”.
Concluye que «la irrupción de la tecnología digital puede ser un motivo de mejora de la inclusión social o, por el contrario, abrir nuevas brechas». En este sentido, sus impulsores defienden el «principio de accesibilidad universal» para que todas las personas puedan disfrutar de los servicios que ofrecen los municipios.
También destaca que las localidades analizadas intentan avanzar para convertirse en ciudades inteligentes, que hay un mejor rendimiento en la dimensión de sociedad inteligente, que se puede duplicar el potencial de mejora en los próximos años, que los peores resultados están en gobernanza e infraestructuras y servicios de movilidad urbana y que el 80% de los municipios examinados se encuentra en las fases de implicación y desarrollo.