La mayoría de las mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural asegura que se han sentido discriminadas en algún momento
Tres de cada cuatro mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural afirman vivir con peor calidad de vida que los hombres, según un estudio publicado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad.
El 75% de las mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural consideran que viven con peor calidad de vida que los hombres con discapacidad y, además, el 67% señalan que encuentran más dificultades que la población masculina a la hora de establecer relaciones sociales, sentimentales o para independizarse.
Así lo ha explicado este miércoles la consultora de la Fundación CERMI Mujeres (FCM), Esther Castellanos, quien se ha hecho eco de un estudio elaborado por la FCM y publicado por el Observatorio Estatal de la Discapacidad.
Esther Castellanos ha expuesto las conclusiones de este trabajo durante la iniciativa ‘Mujeres rurales con discapacidad’, celebrada en el marco del ciclo ‘No estás sola’, una serie de encuentros telemáticos impulsados por CERMI Mujeres con el fin de promover, durante la pandemia, el acompañamiento y la participación de las mujeres con discapacidad, así como de las madres y cuidadoras de familiares con discapacidad.
En este encuentro, moderado por la vicepresidenta ejecutiva de la FCM, Ana Peláez, esta consultora ha puesto de relieve que la mayoría de las mujeres con discapacidad residentes en el entorno rural asegura que se han sentido discriminadas en algún momento.
Así, denuncian desigualdad por razón de discapacidad el 51%; por ser mujer, el 16%, y con porcentajes inferiores destacan también razones como vivir con una enfermedad crónica o el aspecto físico.
Para revertir esta situación, el estudio desgranado por Esther Castellanos apunta a la necesidad de garantizar una mayor independencia económica y más participación comunitaria para que no sufran “invisibilización”.
Testimonios en primera persona
En ese contexto, Natalia Laso, de Zafra (Badajoz), mujer ciega, ha compartido las dificultades que afrontó para asumir su discapacidad en el entorno rural. “Me costó muchos psicólogos y peleas con amigos usar el bastón, y nunca me sentí preparada para sacarlo. En cambio, ahora no me imagino la vida sin el bastón, porque te hace independiente y libre”, ha señalado esta mujer, quien ha lamentado la falta de medios y accesibilidad que existe en los pueblos en comparación con las ciudades.
Desde Guatemala, Flori, otro testimonio de mujer residente en el entorno rural, ha dicho que “las mujeres rurales con discapacidad no tienen ni voz ni voto y somos excluidas de los espacios de participación”. Precisamente, Elisabeth, otro testimonio desde un pueblo de Burgos, ha advertido de que “las mujeres con discapacidad del entorno rural queremos ser también libres”.
La violencia de género en el mundo rural
En cuanto a la violencia de género, la presidenta de la federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR), Teresa López, ha advertido de que “no se puede luchar contra esta lacra en las zonas rurales de la misma forma que se hace en las ciudades, porque la realidad es diferente. Y así sucede con todo lo que tiene que ver con la igualdad”.
La representante de FADEMUR ha comentado que en España residen cinco millones de mujeres en el entorno rural y ha alertado de que “nuestro principal problema es la falta de autonomía económica”.