Los ojos del murciélago
Vicente Navarro Aparicio, a quien su hijo narraba el fútbol porque no podía verlos, figura de la estatua que permanecerá en la tribuna central recordando los 100 años del Valencia CF.
Tenía el número 18 en su carné de socio del Valencia CF y, aunque no podía ver los partidos, nunca dejaba de asistir a Mestalla para animar al equipo ché mientras su hijo le narraba las jugadas.
Vicente Navarro Aparicio, fallecido en 2016, trabajó en la factoría CAMPSA hasta que se afilió a la ONCE en 1985 al perder la visión por un desprendimiento de retina, y comenzó a vender cupones en Valencia, hasta su jubilación en marzo de 1994.
Ahora, su imagen ha ido elegida por el equipo de la ciudad del Turia para una estatua que permanecerá en la tribuna central recordando los 100 años del club ‘che’, que se cumplieron ayer lunes.
En plenas Fallas, la figura de un vendedor ciego de la ONCE, que también ha dejado reflejada la efeméride en un cupón especial, se sienta en la tribuna central del Estadio de Mestalla, para homenajear a los aficionados del Valencia, con motivo de los cien años de vida del club, y en memoria de los que ya no están.
Antonio Aparicio fue un excelente vendedor. De hecho, dio un premio gordo del Cuponazo (250 millones de las antiguas pesetas con el número 77.738). Ahora, los aficionados valencianistas esperan que su recuerdo siga aupándole a los grandes éxitos que jalonan la historia del equipo del murciélago.