Una ‘sirena’ entre ‘tiburones’
Michelle Alonso se convertirá este fin de semana en la primera nadadora con discapacidad intelectual que competirá en un Campeonato de España absoluto.
La Sirenita Michelle sigue haciendo historia. Su vida de superación, que les contábamos esta semana en Vidas Insuperables, tendrá un nuevo hito este fin de semana.
Michelle Alonso, del Club Ademi Tenerife, se convertirá en la primera nadadora que compite en un Campeonato de España absoluto, junto a las estrellas españolas de la cubeta, como Mireia Belmonte o Jessica Valls.
En concreto, la canaria, entrenada por José Luis Guadalupe, se lanzará a la piscina en el XIX Open Primavera de natación en categoría absoluta, que se celebrará en el Centro Acuático de Málaga hasta el 11 de abril.
Esta será la primera ocasión en la historia de la natación española en la que una nadadora con discapacidad intelectual compita contra rivales sin ningún tipo de discapacidad. Michelle lo hará en la prueba de los 50 metros braza, a la que llega con el décimo tercer mejor registro de las participantes (33:37 segundos).
La nadadora del Ademi Tenerife, doble campeona paralímpica, intentará alcanzar las semifinales de la tarde, en un Nacional con la participación de más de 600 deportistas, algunos llegados de clubes de Portugal, Colombia, Italia o Kazajistán.
Michelle ha sido campeona regional absoluta de Canarias en natación con licencia de la Real Federación Española de Natación (RFEN) en 2017 y 2016 de la distancia, pero por sus compromisos internacionales con su federación nacional Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (FEDDI) y su preparación específica para Paralimpiadas y Mundiales, no había coincidido poder competir en una competición RFEN.
El nivel se va equiparando
El nivel de la natación paralímpica se va acercando a la natación convencional cada periodo olímpico, así por ejemplo la diferencia entre el récord español RFEN y el Paralímpico está en apenas 2 segundos en 50 braza y 6 segundos en 100 braza, en la categoría S14 de Michelle.
“Aquí tenemos que valorar el hándicap de los nadadores con discapacidad intelectual, de no saber controlar ritmos de pruebas a partir de una distancia, como el 100 o 200, y tener nulas o mínimas habilidades psicológicas frente al resto de nadadores “convencionales” como son la concentración, visualización, manejo táctico de la prueba, manejo del estrés durante los entrenos y previos a la competición, motivación, nivel de esfuerzo o sufrimiento en los entrenos, etc. Además de las propias limitaciones que puedan tener por su discapacidad intelectual”, explican desde Ademi Tenerife.
“Por eso su mérito en conseguir reducir cada periodo olímpico, la diferencia entre nadadores con o sin discapacidad, como ocurre por primera vez en este caso, al conseguir ya una mínima nacional absoluta”, concluyen desde el club canario.