Uno de cada dos pacientes trasplantados no cumple su tratamiento
Nace JunTOS, un proyecto de atención farmacéutica entre niveles asistenciales destinado a pacientes trasplantados. La escasa adherencia a la farmacoterapia inmunosupresora ha sido descrita como la principal causa de rechazo del órgano trasplantado.
Representantes del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF) y de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) se han reunido para impulsar el proyecto JunTOS, una iniciativa dirigida a mejorar el uso seguro y efectivo de los medicamentos en pacientes trasplantados de órgano sólido (riñón, pulmón, corazón, hígado, páncreas e intestino).
El punto de partida es que, tras un trasplante de órgano sólido, los pacientes se enfrentan a una nueva situación vital en la que, para aumentar la supervivencia del órgano trasplantado, deben recibir tratamiento farmacológico crónico y seguir hábitos de vida saludables, por lo que es fundamental que tengan conocimientos adecuados al respecto.
La realidad es que la mayoría de los medicamentos que tomarán los pacientes tras el trasplante son totalmente desconocidos para ellos, y esa situación les suele generar gran incertidumbre y ansiedad: se enfrentan a todo un arsenal de nuevos fármacos que son esenciales para su supervivencia.
Sin embargo, la proporción estimada de pacientes trasplantados con falta de cumplimiento de su tratamiento oscila entre el 20% y el 54%; o, lo que es lo mismo, puede llegar a cada 1 de 2 pacientes. El resultado es una escasa adherencia a la farmacoterapia inmunosupresora, que ha sido descrita como la principal causa de rechazo del órgano trasplantado.
Por el contrario, la mejora en la adherencia ha demostrado reducir la tasa de rechazo, mejorar notablemente la supervivencia del órgano y, en general, de los pacientes.
Mejorar la efectividad
En este contexto, la aplicación y desarrollo de Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales (SPFA) –en especial los relacionados con los de Atención Farmacéutica– para con los pacientes trasplantados ha demostrado una capacidad de mejorar la efectividad y seguridad de la farmacoterapia.
“Para ello, resulta necesaria la coordinación de todos los profesionales farmacéuticos -especialmente entre los ámbitos hospitalario y comunitario- que van a participar en el tratamiento del paciente trasplantado, para promover el óptimo empleo de los medicamentos en la etapa postrasplante (los inmunosupresores y otros que puedan requerir) y mejorar su estado de salud. iniciando esa educación sanitaria cuando el paciente está ingresado -farmacia hospitalaria- y manteniéndola al alta hospitalaria de forma crónica -farmacia comunitaria-“, explican desde estas instituciones.
Para explorar y valorar las diferentes actuaciones que integrarán el proyecto, su alcance y sus resultados se ha constituido un grupo de trabajo en el que además de los vocales nacionales de Farmacia Hospitalaria y de Oficina de Farmacia del CGCOF, habrá representantes de la SEFH, así como farmacéuticos hospitalarios y farmacéuticos comunitarios. El primer paso será definir las fases del proyecto y la elaboración de los materiales, con el objetivo de ponerlo en marcha durante 2023.