Falsos mitos de la Degeneración Macular Asociada a la Edad
La DMAE es una enfermedad del ojo ocasionada por la degeneración, daño o deterioro del área macular, encargada de la visión central. Novartis impulsa diversas iniciativas para poner el foco en la divulgación de esta patología.
“Hagas lo que hagas, los pacientes van a perder la visión a los tres años”. Se trata de una frase que las personas que tienen Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) han escuchado en muchas ocasiones. Uno de los falsos mitos que persigue a esta enfermedad.
“Esto no es verdad, la principal causa de pérdida de visión es que los pacientes estén infratratados. Si son tratados proactivamente se mantendrá la visión mucho tiempo, de modo que, aunque algunos la pierdan a los tres años, muchos no lo harán”, explica el director del Institut de la Màcula, director de la Barcelona Mácula Foundation, MD, PhD y codirector de VisionArt, el doctor Jordi Monés i Carrilla.
“Otro mito es que la causa de pérdida de visión a largo plazo es la DMAE Atrófica. Esto tampoco es así, la razón sería la cicatrización por haber hecho un tratamiento insuficiente. Por último, otro gran mito es que los fármacos antiangiogénicos producen más atrofia geográfica. Esto seguramente es falso, ya que estudios recientes no pudieron probarlo. Los pacientes desarrollan atrofia geográfica porque algunos subtipos de DMAE la producen más que otros. La atrofia posiblemente es una enfermedad subyacente y es el curso natural de la enfermedad”, subraya.
Monés y Carrilla ha sido uno de los 140 especialistas en oftalmología que se han dado cita en Sevilla recientemente en VisionArt, un innovador encuentro organizado por Novartis para analizar las perspectivas en el manejo de la DMAE.
El evento ha servido para abordar el estado de esta patología desde diferentes perspectivas, incluyendo el papel de la inteligencia artificial y el Big Data en oftalmología, las novedosas terapias génicas o el desarrollo molecular desde la plataforma hasta la práctica clínica.
También se ha profundizado en los últimos estudios sobre esta enfermedad y las diferentes técnicas de imagen multimodal, lo que los profesionales llaman “la clave del éxito”, además de las últimas tendencias en retina médica. Todo ello, complementado con una parte práctica para analizar casos clínicos complejos y de difícil manejo.
La directora científica de VisionArt y jefa de Sección de la Unidad de Retina y Vítreo del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, la doctora Marta Suárez Figueroa, indica que “desde hace años disponemos de tratamientos antiangiogenicos para la forma exudativa de la DMAE que nos han permitido no solo reducir de forma significativa la pérdida de visión a la que están abocados estos pacientes, si no, además, mejorarla en muchos de ellos”.
“Sobre esta base se está trabajando ahora en medicamentos o sistemas de liberación gradual para obtener un efecto terapéutico más prolongado. Sería muy beneficioso para los pacientes disponer de fármacos con efecto más duradero para poder reducir el número de inyecciones” ya que, además, “todavía hay pacientes en los que la respuesta al tratamiento sigue siendo incompleta”. Por ello, “conseguir fármacos con mejores resultados anatómicos también sería deseable”, añade.
Para Jordi Monés i Carrilla, el futuro en retina médica pasa por “la optimización de los tratamientos para que cada vez se queden menos pacientes sin recuperación visual o con pérdida de visión. Esto incluye implementar las novedades más recientes en avances de nuevos fármacos, pero también utilizarlos de forma más optimizada e individualizada, sin poner en compromiso los beneficios resultantes. Asimismo, es importante diagnosticar mejor, aunque en esto ya se ha avanzado muchísimo, y generar tratamientos más precoces, más proactivos y sostenidos a largo plazo, ya que la expectativa de vida de nuestros pacientes es larga”.
Dificultad en la prevención
En opinión del oftalmólogo de la Clínica Oftalvist en Valencia y Madrid, el doctor Roberto Gallego Pinazo, las dificultades existentes radican en la prevención de la DMAE: “no puede prevenirse por medio de ninguna aproximación terapéutica, en tanto que ningún tratamiento ha conseguido eliminar el riesgo de desarrollo y progresión de la enfermedad de manera significativa”.
También apunta al problema que plantea la inexistencia de una detección temprana: “no existe de manera formal un canal habilitado para poder conseguir un diagnóstico precoz que conduzca a un tratamiento temprano de la DMAE neovascular, lo que supone un contratiempo importante para obtener resultados en salud óptimos en España”.
30 millones de afectados
La DMAE es de una enfermedad degenerativa y crónica del ojo que constituye una de las principales causas de pérdida de capacidad visual grave en el mundo occidental entre personas que superan los 50 años. Se calcula que entre 25 y 30 millones de personas padecen DMAE en todo el mundo, cifra que prevé su multiplicación para el año 2020, hasta llegar a los 196 millones.
Esta patología afecta a una zona específica del centro de la retina llamada mácula. .Esta es la encargada de las visiones centrales y de detalle, necesaria para ver con nitidez, identificar rostros y realizar actividades cotidianas como leer conducir o mirar la hora. Es por ello que su deterioro se erige como una de las principales causas de deficiencia visual. Los principales síntomas son la visión borrosa, la aparición de puntos ciegos en la visión central y la percepción distorsionada u ondulada de líneas rectas.
En ese sentido, la doctora Carmen Navarro, Therapeutical Area Head del Área de Oftalmología de Novartis, incide en la importancia de impulsar iniciativas divulgativas y formativas como VisionArt, “como parte de nuestro compromiso con los millones de personas que padecen enfermedades oftalmológicas en todo el mundo”.
“Desde Novartis, no solo contribuimos con la investigación y desarrollo de nuevas soluciones terapéuticas, sino también con herramientas y recursos destinados a aumentar el conocimiento, mejorar la calidad asistencial y prevenir estas patologías. La finalidad es mejorar su salud e impacto en la calidad de vida, para lo que resulta esencial la formación óptima de los especialistas”, afirma.