Un implante que cambia el sonido de la vida
Dos personas sordas, Alicia y Javier, cuentan cómo es su vida con un implante coclear, que les permite hablar por teléfono, relacionarse con personas oyentes o escuchar la televisión o música.
Alicia tiene 21 años y es estudiante de Administración y Dirección de Empresas. Hablar por teléfono, relacionarse con personas oyentes, escuchar la televisión o música es algo que esta joven puede hacer gracias a que, con solo tres años, le realizaran su primer implante coclear.
“Gracias a mis implantes cocleares mi día a día es más fácil al poder utilizar el lenguaje oral en cualquier aspecto de mi vida”, añade Alicia, quien gracias a esta técnica puede disfrutar de los sonidos de la vida.
También es el caso de Javier, de 41 años, trabajador de Contabilidad y que padece una sordera profunda de nacimiento, quien se puso el implante coclear hace nueve años.
“Me ha cambiado la vida”, afirma sobre su implante, una técnica desarrollada por el doctor André Djourno, que revolucionó en 1957 el tratamiento de la sordera, favoreciendo la autonomía e inclusión de las personas sordas.
Javier ha experimentado tal cambio que el pasado año decidió implantarse en el otro oído y mejorar todavía más su percepción auditiva, “sobre todo a la hora de comunicarme con las personas, pues me entero mejor”.
Cuestiones por resolver
Alicia y Javier son ejemplo de cómo los programas de detección precoz de la sordera infantil, la atención logopédica adecuada y la tecnología actual, se han aliado en favor de la inclusión educativa y sociolaboral de las personas sordas.
Sin embargo, ambos coinciden que quedan cuestiones pendientes que habría que mejorar, como la regulación de la renovación del procesador del implante, por ejemplo, cuando éste se queda obsoleto o cuando hay avances tecnológicos que aportan una mejora significativa en la audición.
“Se trata de un trámite muy largo”, explica Alicia. También, el coste del seguro para esta prótesis o el gran desembolso que deben realizar en pilas para su funcionamiento o el que deben hacer para renovar algunos componentes externos que no cuentan con cobertura sanitaria, son otros asuntos que señalan estos usuarios.
Quejas que son comunes entre las aproximadamente 15.000 personas con sordera que, en España, son portadoras de implantes cocleares, según la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS).
Según esta entidad, “no hay que olvidar que estos componentes externos son imprescindibles, pues solo con que falte uno de ellos el implante no funciona. Asimismo, hay que destacar las desigualdades territoriales existentes, ya que la cobertura de la prestación varía de una comunidad autónoma a otra, incumpliéndose en muchos casos los criterios mínimos comunes aprobados para todo el Estado y vigentes en la cartera básica del Sistema Nacional de Salud”.
Al respecto, desde FIAPAS demandan que “oír no sea un lujo y que se alivie el sobrecoste que supone a las personas sordas y a sus familias el acceso, el mantenimiento y la renovación de las prótesis auditivas, en este caso, de los implantes cocleares”.